Espiritualidad, misticismo, religiosidad. El diálogo entablado entre las escasas referencias sacras que aún hoy perduran en la iglesia cordobesa de La Magdalena y las instantáneas que pretenden rendir un homenaje a Santa Teresa impresiona.
Una mujer, la artista Marina Abramovic (Belgrado, 1946), vestida de riguroso luto en el interior de una cocina, la del Teatro de la Laboral de Gijón. Tras aceptar la petición de colaboración de Mateo Feijoó, Abramocic se encerró durante una semana en las cocinas aprovechando su estancia en la ciudad asturiana para inaugurar la videoinstalación 8 Lessons on Emptiness with a Happy End.
Durante estos días, la artista fue protagonista de una 'perfomance', que fue captada por el objetivo de una cámara también de fotografía, en la que utilizó todos los utensilios que había a su alcance, desde los cacharros comunes en estos lugares hasta una calavera.
'The Kitchen', nombre de la muestra, es un reflejo de las experiencias personales y vitales de la artista. Al adentrarse en la antigua cocina, rememora la infancia con su abuela, que era, según cuenta la propia Marina, el centro de su mundo. Frente a todos estos recuerdos une los textos de los diarios de Santa Teresa de Ávila y recoge la idea de enfado con el poder divino. Como el hecho de ser portadora de un don puede ser un obstáculo en la vida cotidiana.
La exposición, producida por el Teatro de La Laboral de Gijón y el Gobierno del Principado de Asturias, puede verse en la iglesia de la Magdalena, con motivo de la XIII Bienal Internacional de Fotografía de Córdoba. En total, la muestra consta de nueve instantáneas, en color pero también en blanco y negro, y dos videoinstalaciones donde puede verse cómo se cuajó el proyecto.
El comisario de esta exposición, Mateo Feijoó, explica que la idea surgió cuando pensó en trabajar sobre la memoria histórica, sobre las huellas del pasado, sobre lo que pasaba en ciertos lugares. El Teatro de la Laboral de Gijón es "emblemático, enorme, con muchas partes aun por recuperar y una de ellas eran las cocinas".
Cuando Feijoó entró por vez primera en este espacio rápidamente pensó en la artista con la que le gustaría poner en marcha un proyecto: Marina Abramovic, y sus recuerdos. "Pensé que sería un lugar en el que ella podría generar algo muy interesante", apunta el comisario de la muestra.
Abramovic no lo dudó ni un segundo. "Desde el primer momento en el que ella atraviesa este lugar hasta llegar a la cocinas siente un 'feedback' muy agradable. Tiene una relación como de pertenencia y de colaboración con el propio espacio, en cuanto a energía, le recuerda a su abuela y muchas otras cosas. Se gesta todo de una forma muy rápida y muy sencilla», afirma Feijoó.
Cuando éste aterrizó en Córdoba para preparar la exposición de cara a la Bienal de Fotografía, se dirigió a La Magdalena, templo que esperaba ver vacío. No fue así. En su interior aun se conservan hoy algunas pinturas barrocas y un Cristo preside el altar. Al final, la idea no desagradó a Feijoó. "Me sorprendió toda la iconografía religiosa, más allá de que la obra de Marina evoca un gran misticismo, una gran religiosidad o espiritualidad. No me atreví a decir que vaciaran la iglesia, nada. Sólo pensé en cómo distribuir las fotografías y no me molesta. Es un diálogo que se puede soportar".
FUENTE:http://www.elmundo.es/elmundo/2013/03/18/andalucia/1363605165.html
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