La periodista Rola al Hrub, que logró un asiento encabezando la lista nacional "Jordania más fuerte", y la directora de una escuela de secundaria Mariam Lauzi, que se alzó con el mayor número de votos en la quinta circunscripción electoral de Ammán, han sido las excepciones.
"Éramos muy pesimistas antes de las elecciones, pero aunque haya pocas diputadas la victoria de estas candidatas al margen de la cuota supone un primer paso muy positivo", dijo a Efe la activista jordana por los derechos de las mujeres, Tolin Tuq.
Sin embargo, se mostró insatisfecha con la escasez de aspirantes femeninas en la cita electoral del pasado miércoles por los 150 escaños de la Cámara baja, a los que concurrieron 191 mujeres entre los 1.450 candidatos.
La nueva ley electoral aumentó el número de asientos destinados a la cuota femenina de doce a quince (un 10%), un cambio considerado por muchos insuficiente para impulsar la participación de las mujeres en política.
Tuq, fundadora de la red de mujeres artistas Aat, que organiza actividades de teatro y música centradas en los asuntos de género, indicó que en una sociedad conservadora como la jordana es necesaria una cuota femenina, pero que sólo suponga un 10% de los escaños es "ridículo".
En su opinión, el éxito de Lauzi y Al Hrub, quien sin embargo ha amenazado con dimitir en protesta por el fraude electoral, animará a otras mujeres a presentarse en el futuro fuera de la cuota y a los grupos políticos a incluir más candidatas en sus listas.
Ninguna mujer había logrado un escaño en el Parlamento jordano fuera de la cuota desde 1993, cuando la feminista Tujan Faisal se convirtió en la primera mujer en hacerse con un sitio en la Cámara.
Una de las principales denuncias de los grupos de derechos de las mujeres, como Sisterhood Global Institute/Jordan, era que en las 61 listas cerradas que competían a nivel nacional las mujeres habían sido colocadas en los últimos puestos, lo que dificultaba su elección.
De hecho, solo dos mujeres encabezaban dichas listas, una de ellas Al Hrub y la otra la exdiputada Abla Abu Ilbeh, que esta vez no resultó elegida.
Según las recomendaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, para promover la participación política de las mujeres es necesario adoptar la igualdad de género en los documentos fundacionales de los partidos y establecer en estos cuotas internas para las féminas.
Las mujeres en Jordania no solo deben afrontar la discriminación y la falta de confianza de muchos hombres y también de sus congéneres en su capacidad de liderazgo político, sino que también deben luchar contra los obstáculos de las familias.
Es el caso de la aspirante Ola Ziabat, madre de cuatro niños, a la que su candidatura de diputada le costó el matrimonio.
Según declaró Ziabat al diario Jordan Times, cuando decidió concurrir a las elecciones su marido la apoyó en un primer momento, hasta que su familia le presionó para que su esposa se retirara.
La votante Lana Mansur, una ama de casa de 30 años, expresó a Efe su esperanza de que "las candidatas tuvieran éxito para luchar por los derechos de las mujeres".
Para Mansur, que sufragó a favor de la lista de Al Hrub, "las mujeres lo tienen más difícil para lograr puestos de responsabilidad", aunque se mostró partidaria de la competición directa con los hombres antes que de establecer una cuota.
La oficial Comisión Nacional de la Mujer lanzó antes de las elecciones un programa para concienciar a las mujeres a participar en los comicios y formó a un grupo de 33 mujeres que querían presentarse como candidatas en aspectos como el trato con los votantes y la elaboración de un programa electoral.
Hace cinco días, el Gobierno jordano aprobó la Estrategia Nacional de la Mujer 2013-2017, que busca fortalecer a las mujeres en el ámbito social, jurídico, político y económico, así como evitar la discriminación y la violencia.
Pese a ello, Tuq se mostró desconfiada con las promesas del Gobierno y los esfuerzos de los organismos oficiales, y señaló que "los derechos de las mujeres nunca fueron una prioridad para el Parlamento".
Según la activista, lo importante ahora es que las diputadas elegidas luchen por acabar con la discriminación y por resolver graves problemas como los crímenes de honor y el acoso sexual, asuntos todavía tabú en Jordania.
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