Son muchas, demasiadas, siempre demasiadas. Las mujeres que están en el punto de mira, en situación de riesgo, con la presión del puño o del palo cerca son un ejército. Y, pese a los intentos de acabar con ello, día tras día, semana tras semana, aparece una esquela de alguna de ellas que no ha logrado esquivar el golpe, que no ha logrado captar la atención o que no había dado el paso de denunciar lo que entre sus paredes domésticas estaba pasando.
La violencia doméstica está en el primer plano de la preocupación policial. Los que mandan en el Ministerio del Interior, una vez que la presión del terrorismo se encuentra ya en otra dimensión, saben que ésta debe ser una de sus prioridades. Y así se interpreta desde los mandos de la Policía y de la Guardia Civil. Y así está sobre la mesa mientras cocinan nuevos planes, nuevas ideas y revisan las actuales.
Y una de las herramientas que se quieren potenciar es el uso de las redes sociales, los mensajes sin huella vía Facebook, Twitter o Tuenti.
En el seno policial, Ignacio Cosidó decidió auditar las medias que tenían aplicadas la Policía para frenar esta lacra. No porque fueran malas o inútiles. No. La intención es poner en marcha nuevas iniciativas y, tras analizar resultados, modernizar las ya existentes.
Porque las cifras claman. Según la información a que este periodista ha tenido acceso, el Cuerpo Nacional de Policía tiene asignadas bajo su responsabilidad a un total de 43.833 víctimas. Repito, tiene asignadas un total de 43.833 víctimas. A las que hay que sumar una cifra similar o, incluso, algo superior, que competen a la Guardia Civil. Pero también las policías autonómicas (Ertzaintza y Mossos) tienen responsabilidades y no menores en estas labores de protección.
Y de esas más de 40.000 potenciales víctimas, casi 10.000 (9.629) ya tiene acreditado el nivel de riesgo (extremo, alto, medio o bajo, que son los cuatro niveles en los que Interior agrupa a las mujeres amenazadas). Es decir, hay casi 10.000 mujeres, en territorio competencial de la Policía Nacional, que tiene un riesgo evidente de sufrir cualquier tipo de agresión, un riesgo evidente y valorado ya por la Policía. Y las cifras son de hace diez minutos, de principios de año. Y para la vigilancia de las que ya tienen un riesgo determinado, la Policía dispone de 664 agentes que se encargan del seguimiento y protección de estas víctimas. De éstos, 302 están en segunda actividad y 362, en activo.
Pero a nadie se le escapa que los medios humanos siguen siendo insuficientes. Y seguro que una de las primeras medidas, además de crear estructuras policiales aún más específicas para luchar contra este fenómeno, será el aumento de las plantillas que se encarguen de tratar de evitar que haya más esquelas y más mujeres que tengan que ir al hospital con agresiones que jamás deberían haber sido siquiera imaginadas.
FUENTE:http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/bajosfondos/2013/01/27/plan-para-poner-fin-a-las-esquelas-de.html
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