martes, 8 de enero de 2013

Solidaridad en forma de autoestima

La Asociación Contra el Cáncer presta pelucas a afectadas sin recursos

Loli Onieva ha pasado dos veces por el cáncer de mama. La primera, hace cinco años. Le detectaron un calcinoma localizado en el pecho derecho. Tras una mastectomía y una reconstrucción, parecía que todo había quedado en un susto. Pero el año pasado, el tumor reapareció. Tras una nueva intervención, esta vez sí ha tenido que pasar por un tratamiento de quimioterapia del que se libró la primera vez. Y con la quimio, llega una de sus consecuencias más visibles. En las primeras sesiones, empezó a caérsele el pelo.
 
Solidaridad en forma de autoestimaLa pérdida del cabello en afectadas de cáncer no es algo baladí. Pese a ser una parte más del proceso de recuperación, para muchas mujeres resulta una experiencia traumática. Muchas pacientes explican que les duele físicamente, sienten dolor real cuando se les cae. Y también puede afectarles anímicamente en un momento en el que la autoestima juega un papel muy importante.
 
Una buena alternativa es usar peluca hasta que el pelo vuelva a crecer. Pero, con precios a partir de 300 euros, no todas las pacientes pueden permitirse una. Por eso, la Asociación Contra el Cáncer de Málaga (AECC) cuenta desde hace algunos años con un 'stock' de pelucas que presta de forma desinteresada a sus usuarias. Un apoyo que se suma a los talleres de cuidados estéticos que se imparten en su sede situada en la avenida de Capuchinos.
 
María (nombre ficticio) es una de las afectadas de cáncer de mama en tratamiento que ha hecho uso de una de estas pelucas. Ya va por la quinta sesión de quimioterapia y ha perdido todo el cabello. «No sabía si iba a ser una mujer de pañuelo o de peluca, pero vine a la asociación, me probé una y me sentí muy bien», dice María, que recuerda que llevaba el pelo por la cintura antes de la quimioterapia. Le operaron hace cuatro meses y le practicaron una mastectomía y una reconstrucción en el mismo momento del pecho izquierdo.
 
María se sorprende de lo valiente que ha sido al enfrentarse a la enfermedad. «Me fui cortando el pelo poco a poco conforme vi que se me iba cayendo, pero no solté ni una lágrima», recuerda. Asegura que la pérdida del cabello no es de las consecuencias que más le afectaron. «Ha sido más angustioso perder el gusto», dice. Lo que tiene claro, dice, es que el cáncer le ha ayudado a valorar más lo que tiene.
 
Cuidados estéticos
 
«La apariencia física es muy importante en el tratamiento porque puede determinar la actitud de la paciente; mantener una buena imagen y sentirse cómoda cuando se mira al espejo ayuda a su recuperación y también hace más llevadero el proceso para la familia», explica Felisa Rodero, directora del Centro de Prevención de Cáncer de Málaga.
 
En los talleres de AECC, las afectadas aprenden a cuidarse la piel, que sufre mucho durante el tratamiento de quimioterapia, y a maquillarse. «Se les enseña a sacarse partido y a esconder la palidez o las ojeras que pueden sufrir durante esos meses», dice Rodero.
 

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