Licenciada en Ciencias de Actividad Física y del Deporte, Máster en Innovación e Investigación en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Entrenadora Nacional de Natación, cinturón negro de Judo e instructora de Pilates y Spinning. Este impresionante currículum pertenece a Leire Pérez, una ermuarra de 27 años que dedica toda su vida al deporte. Tras licenciarse en la Universidad de León, volvió a Ermua y ahora compatibiliza su trabajo como instructora de spinning y GAP y como monitora de multideporte en Eibar, con los entrenamientos de la Escuela de Fútbol Villa de Ermua. Mujer y deportista, ve como ellas ganas cada vez más terreno en el mundo deportivo.
-¿Cuál ha sido el balance del primer año de vida de la Escuela de Fútbol Villa de Ermua?
-Comenzamos nuestra andadura con unos 60 niños, que dividimos en grupos según su edad. Cuando empezamos estábamos a la expectativa de lo pudiera pasar, pero nos enteramos de que había más gente interesada en participar y volvimos a abrir el plazo de matrícula en navidades y llegamos hasta los 70. Ahora vuelve a estar abierto y tenemos alrededor de 100 inscritos. Nosotros estamos muy contentos vemos que el trabajo que hacemos da sus frutos, yo en concreto me ocupo de los más pequeñitos, hasta 5 años de edad, y no competimos, para nosotros el éxito está en la mejora de las aptitudes. Estamos muy satisfechos con la implicación de los niños, los padres y de toda la gente que nos ha ayudado. Con muchas ganas de que empiece el nuevo curso.
-¿Cómo se les enseña a jugar al fútbol a niños tan pequeños?
-Aunque el fundador y la cara más visible sea Pitu, que ha sido futbolista profesional, no sólo es él quien trabaja allí. El resto de los preparadores tienen el Nivel 1 de Técnico de Fútbol. Pero yo al estar Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, no estoy especializada en fútbol, pero soy una experta en el área técnica y física, conocimientos que aplico a este deporte en concreto. Mi trabajo no consiste en enseñarles a jugar sólo a fútbol, aunque si tocamos algo de balón, pero los preparo para la siguiente etapa. Les enseño a correr, saltar, desplazarse&hellipMovimientos básicos físicos y motrices que utilizarán en el futuro, pero no sólo les servirán jugando al fútbol, le serán útiles en cualquier deporte que decidan prácticas. Yo les doy una educación física global, una base que se puede moldear dependiendo del deporte.
-Como mujer deportista, ¿Qué opinas de la actual situación del deporte femenino?
-Hasta hace unos pocos años no se ha tomado en cuenta las diferencias anatómicas y morfológicas entre sexo a la hora de diseñar planes de entrenamiento en el deporte de competición. Todo estaba pensado para el hombre y la mujer se adaptaba a él. En estos últimos años se ve que cada vez hay más deporte femenino y son más las que practican alguna disciplina como hobby. Antes esa demanda se ha empezado a investigar y a adaptar ese entrenamiento a ellas, y no al revés. Creo que era algo necesario, ya que, el mismo entrenamiento no es válido para ambos sexos en ningún caso. No hay que olvidar que la mujer a lo largo de su vida pasa por unos procesos internos como son la menstruación lo la preparación para la maternidad, mientras que los hombres tienen una evolución más lineal. Con respecto al deporte de élite estamos totalmente integradas en él, pero lo que manda son los beneficios, ¿qué tendrá más audiencia un partido de volley playa femenino o un partido de la selección? Yo me quedaría con otra cosa, iría a una maratón y vería el número de inscripciones para cada sexo. Además haría hincapié sobre la participación femenina en diferentes actividades en los medios de comunicación. Ahora hay muchas obras divulgativas dirigidas exclusivamente a la mujer e incluso muchísima ropa femenina en tiendas, ya no nos vestimos de hombre, seguiría en esa línea e incluso la reforzaría más.
-¿Cómo se concilia la vida laboral y la personal con tantos trabajos?
-Me gusta mi trabajo, eso es lo más importante de todo. Me gusta dedicarme a lo que me dedico y vivo para ello. Si quieres puedes, lo único malo es que no tienes un horario continuo, aquí no existe lo de trabajar ocho horas seguidas, trabajo horas sueltas y después aún tengo que preparar clases, pero es lo que me gusta hacer y por eso vale la pena. Mi recompensa es el currículum que consigo, porque además sigo formándome con ilusión y con muchas fuerzas.
Fuente: EL CORREO
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