viernes, 4 de octubre de 2013

ELLAS MANDAN EN LA PISTA


  • El éxito de las selecciones, especialmente las de mujeres, choca con la crisis del profesionalismo.


En los Juegos Olímpicos de Londres la participación española capturó un tesoro de 17 medallas. Once de los metales recayeron en manos de equipos de mujeres. Más reciente queda la exhibición de la natación femenina en el Mundial de Bar­celona. Los doce podios que consiguió la delegación anfitriona fueron logrados por ellas. La tendencia, más que una moda o una escaramuza de la suerte, se ha confirmado este verano en las pistas de baloncesto. La decepción en bronce, que no fracaso, de la absoluta masculina en el aún caliente Eurobásket de Eslovenia no debe hacernos olvidar queel brillo dorado esta vez colgó en el cuello de la selección femenina. No fueron las únicas. La cantera sigue extrayendo oro.
Todas las selecciones femeninas de formación salvo la U19 han vuelto a casa con el máximo título continental

Fue en Orchies, en junio, cuando España rompió un maleficio de 20 años y recuperó el cetro europeo con un paso sin trompicones: nueve victorias en nueve partidos. La segunda corona llegó tras una final de infarto ante una Francia que jugaba en casa (69-70). La antillana Sancho Lyttle, nacionalizada con un decreto ministerial de urgencia en 2010 para competir en el Mundial, fue la mejor jugadora del torneo con 20 puntos, los cinco últimos para ganar el duelo decisivo. Ese equipo que combina la experiencia de Elisa Aguilar o Amaya Valdemoro con la juventud de Marta Xargay o Alba Torrens. Nombres propios que pasan desapercibidos para el aficionado medio del deporte en España. Solo una media de 186.000 personas (1,7% de cuota de pantalla) siguió el Eurobásket femeninopor televisión.
Mirando la plantilla del campeón de Europa no se puede esconder la realidad actual del baloncesto español. Siete de las doce integrantes de ese grupo compiten en el extranjero. Paradójicamente, el caso más significativo es el del seleccionador, Lucas Mondelo, emigrado a China. La pérdida de patrocinadores y ayudas originada por la crisis económica ha derivado en ese trasvase de talento y en la desaparición de clubes. El Obenasa navarro ha sido el último en caer al pozo. Los salarios a la baja hacen que la mayoría de las jugadoras vivan por debajo de la barrera del “mileurismo” y se roce la condición de amateur. Pese a estos nubarrones, la canasta sigue enganchando a una de cada tres mujeres que practican un deporte en España. Es el más seguido con 136.248 licencias.
La Federación Española ha tenido que repescar al descendido CB Conquero de Huelva y abrir la puerta al Stadium Casablanca de Zaragoza para recuperar una Liga Femenina de doce, aunque pretendía un calendario con catorce inscritos. La Supercopa se disputará el 9 de octubre entre el Rivas Ecópolis y Perfumerías Avenida, máximos candidatos a repetir la última final de Liga que resolvieron las salmantinas con un tiro libre en el último segundo.

Cuatro Europeos

Uno de esos doce equipos será el Gran Canaria 2014. Astou Barro Ndour es la líder de un club que arrasa en todos los campeonatos de formación. Astou nació en Dakar (Senegal) hace 19 años y mide 195 centímetros. Con 15 fue fichada por el “Granca”. En su primer torneo, jugando con chicas dos generaciones mayores, logró machacar el aro. Dos años después consiguió la nacionalidad española exprés en otro Consejo de Ministros. Este verano extendió su dominio en el Europeo U20, colgándose el oro, y fue MVP del torneo (17 puntos y nueve rebotes), al batir a Italia en la final. Muchas son las opiniones que señalan a Astou Barro como una “fija” en el próximo Mundial senior de Turquía. Personifica el impulso de una cantera riquísima en mitad del lodazal económico. Hay más. Inma Zanoguera, Elena de Alfredo, Ariadna Pujol o Leticia Romero aseguran el relevo de las “chicas de oro”. Pero esta falta de presente profesional, encadenada a la estimulante oferta académica, hace que las cuatro citadas, entre otras, emigren a las universidades estadounidenses para seguir progresando.
Todas las selecciones femeninas de formación, salvo la U19, que rozó el podio en su Mundial (cuartas tras ceder ante Australia), han vuelto a casa con el máximo título continental. Ganaron la U20, la U18 y la U16, superando la cosecha de los chicos, que no ha sido mala: un oro, dos bronces y un quinto puesto. La fórmula del llamado Método FEB sigue activa y rentable en resultados y con un acento femenino creciente en disonancia con los nubarrones que se ciernen sobre el futuro profesional.


Fuente: DIAGONAL CULTURAS

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