martes, 8 de octubre de 2013

LAS VIUDAS DE CHAMPAGNE


  • Relación. Una gran parte de la gloriosa historia del champagne está directa e íntimamente asociada a un grupo de mujeres emprendedoras

SE dice del champagne que es un vino femenino por su elegancia, su delicadeza y su finura. Yo añadiría que es un vino femenino por su complejidad y su misterio. El binomio champagne-feminidad es recurrente. La Marquesa de Pompadour, una de las más célebres amantes del champagne, decía que era "el único vino que embellecía a las damas tras haberlo bebido". Pero es que además, una gran parte de la gloriosa historia del champagne está directa e íntimamente asociada a un grupo de mujeres que tras el fallecimiento de sus maridos, continuaron solas a la cabeza de sus respectivos dominios vitivinícolas y los convirtieron en símbolos de excelencia, lujo y glamour: son las viudas de Champagne. 

Fueron mujeres visionarias, con un empuje y una determinación extraordinarias. Mujeres empresarias en una época en la que la mujer casi nunca tenía ni voz ni voto. ¿Qué circunstancias especiales se han dado en este lugar para que haya habido tantas mujeres (viudas) al frente de las Casas de champagne? Sin duda tiene que ver el hecho de que en la Champagne las mujeres han gozado desde siempre de derechos y privilegios excepcionales. Por ejemplo, el primogénito, sea varón o mujer, es quien hereda el viñedo. Además, la propiedad de la viña se transmite de cónyuge a cónyuge y en caso de fallecimiento del marido, el viñedo pasa a pertenecer por derecho a la viuda quien, a partir de ese momento, tiene la potestad de decidir si utiliza o no el término Veuve (viuda) delante de su apellido de soltera y/o del apellido de su marido. Y es que mientras, por ley, en el resto de Francia hasta hace pocos años, las mujeres debían tomar obligatoriamente el apellido del esposo perdiendo el propio, en la Champagne, cuando una mujer hereda un viñedo de sus padres siempre ha tenido derecho tras casarse, a elegir entre tomar el apellido de su marido, seguir utilizando el suyo unido al de su esposo e incluso, conservar únicamente su apellido de soltera. 

No es de extrañar, por lo tanto, que tantas mujeres al enviudar, decidieran tomar las riendas de las Casas de champagne heredadas de sus maridos, amparadas por los derechos que las leyes y costumbres de la región les reconocía, si bien su mérito reside en haber sido capaces de que los hombres de negocios del resto del país y del mundo las trataran de igual a igual, alcanzando éxito, prestigio y reconocimiento internacional para sus vinos. Así, la Champagne fue la primera zona vitivinícola del mundo en la que la mujer pudo hacer del vino su profesión.

La primera 'viuda' emprendedora de la Champagne fue la Veuve Soyez, allá por la década de los '80 del siglo XVII, quien dirigía una Casa de champagne que, a mediados del siglo XIX, fue adquirida por Eugène Mercier. Mercier es hoy en día una de las marcas más populares de champagne en Francia. 

Fue sin duda Nicole Barbe-Ponsardin la que se convirtió en estandarte de las grandes damas de Champagne. La Casa había sido fundada por sus suegros en 1772, y fue su marido François quien le dio alas. Pero él no vivió para verla prosperar. Tres años después, en 1805, murió dejando una joven viuda. A los pocos meses, la viuda ampliaba la sociedad con un buen conocedor del trabajo en bodega, Fourneaux, quien, después de unos años, creó sus propias cavas, las que hoy llevan la marca Taittinger. Trabajadora infatigable, valiente y genial, acumuló inventos, historias, anécdotas y riquezas incalculables. A ella se deben los pupitres de removido, con los que el champagne dejara de ser turbio. Hoy su marca forma parte de un grupo de lujo, con Moët, Hennessy y Louis Vuiton. 

Elisabeth Salmon era la viuda de Nicolas François Billecart. Sus 14 hectáreas de viñedo son la base de la Maison Billecart Salmón, fundada en 1818. Y ella fue la mano hábil que preservó la marca cuando, a la muerte del padre, los dos hijos irreconciliables pugnaban por la sucesión. Hasta hoy, se mantiene en manos de sus sucesores que colaboraron activamente en la creación del Bureau de Champagne en 1941. 

La famosa marca Bollinger nació en 1829 y se encumbró en las grandes mesas de Gran Bretaña. Elisabeth Bollinger se hizo cargo de la empresa desde las difíciles fechas de la preguerra, 1941, cuando quedó viuda, hasta su muerte en 1977. Fue capaz de capear el temporal de la dura ocupación alemana en Francia y hoy son sus sobrinos quienes dirigen la bodega. Fue ella la que contestó a un periodista que le preguntó en qué ocasiones bebía champagne: "Lo bebo cuando estoy contenta y cuando estoy triste. A veces, lo bebo cuando estoy sola. Cuando estoy acompañada, lo considero una obligación. A parte de en esas circunstancias, ni lo toco, salvo si tengo sed". Bollinger es proveedor oficial de la Corona de Inglaterra desde la reina Victoria. 

Suzanne Gosset Paillard fue el alma de la casa Gosset, una familia que durante dieciséis generaciones documenta sus viñas en Ay. Casada con André, se hizo cargo de la bodega cuando él fue movilizado durante la primera guerra mundial y constituyó el pilar de la casa en los tiempos difíciles, cuando los bombardeos de la segunda guerra destruyeron la mayor parte de sus instalaciones. Viuda desde 1955, dirigió la casa hasta su muerte. A ella se debe la lucida presentación del champagne rosado en botellas transparentes, algo que después incorporaron muchas otras marcas. 

Desde 1887, Mathilde Perrier fue la viuda de Eugene Laurent. Muchos miembros de la familia murieron o desaparecieron en la guerra. Años después de su muerte sin herederos será otra viuda, Marie Louise de Nonancour, quien levante la empresa al borde de la quiebra, rescate las hipotecas y convierta el escuálido almacén en el que apenas quedaban 12.000 botellas en el lustre de la actual casa Laurent-Perrier. 

Jeanne Alexandrine Louise Melin se casó con Louis Pommery en 1839. Viuda a los 39 años, se hizo cargo de la parte de su marido junto a otros dos socios. En 1861 inauguró personalmente una distribuidora en Londres y comenzó a dirigir la producción y crianza de bruts, en un tiempo en que se apreciaban champagnes muy dulces. La familia fue propietaria de la Maison hasta 1979, cuando fue adquirida por el grupo Louis Vuiton -Moët- Hennessy (LVMH). 

Otra de las grandes Casas de Champagne nació con el nombre del fundador, Dubois, en 1776, pero fue su sobrino y sucesor, Louis Roederer, quien la llevó a la fama, conquistando el mercado ruso y americano de la época. Le sucedió su hijo del mismo nombre, pero por un tiempo tan corto que sólo le dio tiempo de inventar el célebre Cristal. Será su nuera, Camille, viuda desde 1932, la que durante 42 años dirija enérgicamente la firma. 

Sin el título de viudas, otras mujeres completan el elenco de las grandes damas de Champagne. Pero eso sería materia de otro artículo… 

Se podría llegar a creer que la palabra veuve (viuda) continua teniendo gancho comercial, ya que hay muchas marcas destinadas, sobre todo, a la gran distribución, que hacen un uso inmoderado de ella, con 'viudas' completamente inventadas.


Fuente: GRANADAHOY

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