La maternidad, lejos de hacer la vida más difícil, te proporciona las habilidades perfectas para lanzar con éxito tu startup
Por Yael Kochman (Jefa de marketing en Roojoom)
Antes de ser madre pensaba que la mejor época de mi vida para empezar con mi empresa sería antes de tener hijos, pero no me sentí preparada hasta que no tomé mi licencia por maternidad. Tres meses después de dar a luz a mi primer hijo, “di a luz” a mi startup, y resultó que la maternidad fue la mejor preparación que habría podido tener.
Las mujeres somos grandes emprendedoras. De hecho, Kauffman Foundation y Dow Jones han llevado a cabo unos estudios que han demostrado que las empresas fundadas por mujeres normalmente producen una mayor cantidad de beneficios (más o menos un 12% más) y emprenden con un tercio menos del capital normal. Además, las empresas lideradas por mujeres han resultado ser más resistentes a las crisis financieras y de mercado que las lideradas por hombres. Entonces, ¿por qué menos del 10% de los emprendedores son mujeres?
Cabría pensar que se debe a la falta de modelos de referencia, a las barreras de las redes profesionales, o al acceso limitado a financiación. Es cierto que éstas son algunas de las razones, pero creo que la razón principal es que la mayoría de las mujeres son también madres, y tienen miedo de no ser capaces de conseguir conectar la maternidad con la intensa vida de una emprendedora. Digo esto como madre y emprendedora: el hecho de ser madre te proporciona los atributos perfectos para ser una emprendedora de éxito.
De verdad, no dejes que la maternidad te eche para atrás; piensa que es una ventaja más que una desventaja. Crear tu startup es duro, igual que ser madre, pero creo que como madres adquirimos una cantidad de habilidades esenciales a la hora de emprender. Aquí está mi top 5 de las habilidades que adquirí al ser madre y me han ayudado a emprender:
Ya sabes de lo que hablo. Es la hora de salir de casa, tu hijo no encuentra su camiseta favorita y no va a salir de casa si no es con ella puesta. Le ayudas a buscarla y el bebé empieza a chillar desde la otra punta de la casa. Sabes que no vas a llegar a tiempo a la reunión, echas mano del teléfono para avisar a tu jefe de que llegarás tarde, y te encuentras con un mensaje de tu niñera, que se ha puesto mala y no puede venir hoy. Madres del mundo, ¿no es esta una situación con la que tenemos que lidiar día sí y día también? Os sorprendería saber lo parecido que es llevar una empresa.
¿Crees que es difícil vender tu producto a un cliente potencial o negociar un acuerdo? Intenta venderle a un niño de 5 años un plato de verduras. De verdad, si tienes hijos, tienes que ser una gran negociadora, y a este nivel, cerrar acuerdos es coser y cantar.
Como emprendedora con recursos financieros limitados, la habilidad de conseguir estrategias creativas para tener acceso a distintos conocimientos, conexiones y recursos es crucial. Como madre, estás acostumbrada a pedir ayuda y consejo a tus amigos, familia, e incluso a extraños, y ellos te ayudan sin problemas. “¿Cómo has encontrado este quitamanchas tan fantástico?”“¿Cómo has conseguido todos estos artículos de segunda mano para tu bebé?”. Como emprendedora, conocer distintas fuentes de información es crucial; y, como madre, ya eres toda una experta en este campo.
Los emprendedores son inteligentes, resolutivos y grandes trabajadores. Sin embargo, sabiendo lo magníficas que somos, nuestro ego puede hacerse más grande de lo normal y resultar arrogantes, demasiado exigentes y, por qué no decirlo, incluso insoportables. Como madre y persona que gestiona la familia, sabes que ser inteligente no siempre significa tener la razón. Hay veces en las que ganas y otras en las que te interesa perder. Ser capaz de dejar tu ego a un lado a la hora de llevar tu negocio puede ser crucial para conseguir que la gente esté de tu lado.
La mayoría de los emprendedores describen su vida como una montaña rusa. Un día te hacen una crítica estupenda en el periódico, o aparece una oportunidad increíble de negocio; al día siguiente, el inversor se echa para atrás o se bloquea el sistema. Pasas de un “las cosas no pueden ir mejor” a querer tirar todo el trabajo por la borda. Ahora puedo verte sonreír a través de la pantalla… y sé por qué: mientras que un emprendedor siempre tiene la opción de rendirse y tirar la toalla, una madre jamás podría renunciar a su hijo.
Ser madre es similar: un día te hacen una tarjeta en el colegio y estás loca de amor por ellos; al día siguiente destrozan toda la casa justo antes de que llegue tu suegra, que viene de visita. Sin embargo, nunca les “cerrarías”, aunque en momentos desesperados llegues a pensarlo; siempre consigues controlar la tormenta que provoca cada reto. En definitiva, si alguna vez se te pasó por la cabeza comenzar tu propia aventura y la maternidad te echó para atrás, ten en cuenta cómo te ayudarían estas nuevas habilidades y móntate en el tren de las emprendedoras.
Por Yael Kochman (Jefa de marketing en Roojoom)
Antes de ser madre pensaba que la mejor época de mi vida para empezar con mi empresa sería antes de tener hijos, pero no me sentí preparada hasta que no tomé mi licencia por maternidad. Tres meses después de dar a luz a mi primer hijo, “di a luz” a mi startup, y resultó que la maternidad fue la mejor preparación que habría podido tener.
Las mujeres somos grandes emprendedoras. De hecho, Kauffman Foundation y Dow Jones han llevado a cabo unos estudios que han demostrado que las empresas fundadas por mujeres normalmente producen una mayor cantidad de beneficios (más o menos un 12% más) y emprenden con un tercio menos del capital normal. Además, las empresas lideradas por mujeres han resultado ser más resistentes a las crisis financieras y de mercado que las lideradas por hombres. Entonces, ¿por qué menos del 10% de los emprendedores son mujeres?
Cabría pensar que se debe a la falta de modelos de referencia, a las barreras de las redes profesionales, o al acceso limitado a financiación. Es cierto que éstas son algunas de las razones, pero creo que la razón principal es que la mayoría de las mujeres son también madres, y tienen miedo de no ser capaces de conseguir conectar la maternidad con la intensa vida de una emprendedora. Digo esto como madre y emprendedora: el hecho de ser madre te proporciona los atributos perfectos para ser una emprendedora de éxito.
De verdad, no dejes que la maternidad te eche para atrás; piensa que es una ventaja más que una desventaja. Crear tu startup es duro, igual que ser madre, pero creo que como madres adquirimos una cantidad de habilidades esenciales a la hora de emprender. Aquí está mi top 5 de las habilidades que adquirí al ser madre y me han ayudado a emprender:
1. Trabajar bajo presión
Ya sabes de lo que hablo. Es la hora de salir de casa, tu hijo no encuentra su camiseta favorita y no va a salir de casa si no es con ella puesta. Le ayudas a buscarla y el bebé empieza a chillar desde la otra punta de la casa. Sabes que no vas a llegar a tiempo a la reunión, echas mano del teléfono para avisar a tu jefe de que llegarás tarde, y te encuentras con un mensaje de tu niñera, que se ha puesto mala y no puede venir hoy. Madres del mundo, ¿no es esta una situación con la que tenemos que lidiar día sí y día también? Os sorprendería saber lo parecido que es llevar una empresa.
2. Habilidad para negociar
¿Crees que es difícil vender tu producto a un cliente potencial o negociar un acuerdo? Intenta venderle a un niño de 5 años un plato de verduras. De verdad, si tienes hijos, tienes que ser una gran negociadora, y a este nivel, cerrar acuerdos es coser y cantar.
3. Creatividad y habilidad a la hora de conseguir fondos
Como emprendedora con recursos financieros limitados, la habilidad de conseguir estrategias creativas para tener acceso a distintos conocimientos, conexiones y recursos es crucial. Como madre, estás acostumbrada a pedir ayuda y consejo a tus amigos, familia, e incluso a extraños, y ellos te ayudan sin problemas. “¿Cómo has encontrado este quitamanchas tan fantástico?”“¿Cómo has conseguido todos estos artículos de segunda mano para tu bebé?”. Como emprendedora, conocer distintas fuentes de información es crucial; y, como madre, ya eres toda una experta en este campo.
4. Dejar tu ego a un lado
Los emprendedores son inteligentes, resolutivos y grandes trabajadores. Sin embargo, sabiendo lo magníficas que somos, nuestro ego puede hacerse más grande de lo normal y resultar arrogantes, demasiado exigentes y, por qué no decirlo, incluso insoportables. Como madre y persona que gestiona la familia, sabes que ser inteligente no siempre significa tener la razón. Hay veces en las que ganas y otras en las que te interesa perder. Ser capaz de dejar tu ego a un lado a la hora de llevar tu negocio puede ser crucial para conseguir que la gente esté de tu lado.
5. Controlar los altibajos
La mayoría de los emprendedores describen su vida como una montaña rusa. Un día te hacen una crítica estupenda en el periódico, o aparece una oportunidad increíble de negocio; al día siguiente, el inversor se echa para atrás o se bloquea el sistema. Pasas de un “las cosas no pueden ir mejor” a querer tirar todo el trabajo por la borda. Ahora puedo verte sonreír a través de la pantalla… y sé por qué: mientras que un emprendedor siempre tiene la opción de rendirse y tirar la toalla, una madre jamás podría renunciar a su hijo.
Ser madre es similar: un día te hacen una tarjeta en el colegio y estás loca de amor por ellos; al día siguiente destrozan toda la casa justo antes de que llegue tu suegra, que viene de visita. Sin embargo, nunca les “cerrarías”, aunque en momentos desesperados llegues a pensarlo; siempre consigues controlar la tormenta que provoca cada reto. En definitiva, si alguna vez se te pasó por la cabeza comenzar tu propia aventura y la maternidad te echó para atrás, ten en cuenta cómo te ayudarían estas nuevas habilidades y móntate en el tren de las emprendedoras.
Nota de la editora: también te interesará leer “Emprendedoras a seguir: mompreneurs participando activamente en el cambio“
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Fuente: Ellas
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