viernes, 4 de octubre de 2013

LA TELEVISIÓN ES (TODAVÍA) COSA DE HOMBRES


El tiempo de palabra de los hombres en las televisiones públicas triplica al de las mujeres en Andalucía, una comunidad autónoma con un gobierno y con instituciones públicas paritarias y que cuenta con el segundo parlamento europeo con más presencia femenina, después de Suecia. Estos datos aportados por estudios del Consejo Audiovisual de Andalucía coinciden básicamente con los relativos tanto a España como al ámbito internacional.

El proyecto de Monitoreo Global de Medios -GMMP por sus siglas inglesas- es una investigación a escala mundial que se realiza desde 1995 para analizar la igualdad de género en los medios de comunicación a través de diversos indicadores. El cuarto informe, realizado en 2010, resalta en sus conclusiones que el mundo que se refleja en las noticias es esencialmente masculino, y que la desigualdad de género y la discriminación contra las mujeres se ve reforzada en el día a día a través de los medios. Los porcentajes ofrecen una lectura clara: 1 de cada 4 personas que aparece como protagonista en los espacios informativos de los medios de comunicación es mujer, la imagen del mundo sigue siendo claramente masculina pese a los avances constatados desde el primer informe en 1995. Los hombres superan con creces su representación como trabajadores o profesionales frente a las mujeres. Así, son hombres (69%) las personas presentadas como educadores y los profesionales de la salud; el 83% de profesionales del derecho, y el 90% de los científicos. Tan solo en 2 de las 25 categorías utilizadas superan en representación las mujeres: amas de casa (72%) y estudiantes (54%)

La mayor parte de las apariciones de la mujer se concentra en campos temáticos como la salud, o en el campo de lo social, temas muy secundarios en las prioridades informativas, lo que minimiza aún más la aparición de la mujer en los medios y la relega a un segundo nivel en la agenda mediática. Además, las personas que aparecen en las noticias como portavoces (81%) y expertas (80%) son mayoritariamente hombres.La marginalidad se refuerza en un doble sentido: por su escasa representación numérica, y por la importancia menor de los temas en los que aparece, es protagonista, o es responsable de su realización y edición.

Los datos y las conclusiones alcanzadas sobre España son similares al informe de monitoreo global. En las 315 noticias monitoreadas en los informativos de 13 medios audiovisuales y escritos españoles se identificaron 570 personas mencionadas como sujetos en las noticias (420 hombres y 150 mujeres), representando las mujeres el 23%. Las prácticas periodísticas de los informativos siguen produciendo relatos desde un punto de vista androcéntrico, priorizando la imagen del hombre y mostrando una presencia minoritaria de las mujeres (muy por debajo de su participación real en la sociedad) y reforzando los estereotipos existentes. La muestra más evidente de la impermeabilidad de los medios a la igualdad de género es que en cinco años, es decir, respecto al Informe de 2005, la presencia femenina en los medios en nuestro país sólo ha aumentado un punto.

DESEQUILIBRIO RESPECTO A LA REALIDAD ANDALUZA

Los informes realizados por el Consejo Audiovisual de Andalucía coinciden con los datos anteriores y constatan que los informativos de las televisiones públicas no reflejan el cambio social operado en sectores donde el papel de la mujer ha adquirido una notable relevancia. Así, el 78% de las personas expertas entrevistadas son hombres. La importante presencia de mujeres en ámbitos como la Universidad, la administración pública, la sanidad o las organizaciones profesionales, sindicales o vecinales no se refleja en los informativos, donde los tiempos de palabra son netamente masculinos. Sólo en el sector de la enseñanza se refleja un cierto equilibrio de hombres (56,5%) y mujeres (43,5%) en el tiempo de palabra.

Aún así, persiste el desequilibrio respecto a la realidad andaluza, ya que la administración más feminizada es la educativa, por cada 100 personas hay 61 mujeres. Por otra parte, en la Universidad es evidente el desequilibrio pues, como se ha dicho, algo más de tres de cada cuatro intervenciones es masculina y donde resulta imperceptible que una andaluza presida la Comisión Permanente de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas y que el 55,5% de las personas que cursan estudios universitarios y el 61,9% de las que se gradúan son mujeres. El dato más contundente se produce en la información deportiva, a pesar de los éxitos alcanzados por el deporte femenino español. Los deportistas son los profesionales que, con gran diferencia, más intervienen en los informativos televisivos, pero el 98,2% de los deportistas que intervinieron en el cuatrienio 2009-2012 son hombres, frente a un 1,8% de mujeres.

Otra constatación digna de reflexión es la marginación de las mujeres en los grandes asuntos de actualidad informativa, ya que los hombres alcanzan porcentajes de hasta el 90% del tiempo de palabra en los 25 temas más relevantes informativamente en Andalucía en el periodo 2009-2012: fusión de las cajas de ahorro andaluzas (90%); casos de corrupción (84%); terrorismo (84%); cambios de Gobierno (82%); movimiento 15 M (75%); crisis económica (75%). Las mujeres sólo han tenido un papel relevante en las informaciones relacionadas con la violencia de género (68%) y con la epidemia de gripe A (57%).

EL PAPEL DE LOS MEDIOS

La importancia social y política de los medios de comunicación audiovisuales deriva de su configuración como sistema fundamental para la circulación de ideas, opiniones e información, lo que conlleva, en las sociedades democrá­ticas, la necesidad de que salvaguarden los derechos fundamentales. Los medios son determinantes, como fuente informativa de referencia, en la representación y configuración de la realidad que nos rodea y, además, por su capacidad de influencia en las agendas políticas y de visibilizar o minimizar  determinados asuntos hacia la opinión pública. De ahí que sea tan importante evidenciar la invisibilidad y subrepresentación de las mujeres en los medios de comunicación, contrastando esta situación con realidad y con las orientaciones de las políticas de igualdad internacionales.

El seguimiento y análisis de la representación de hombres y mujeres en los programas informativos es uno de los indicadores que distintos organismos internacionales, como la UNESCO, emplea para medir la igualdad en el sector de la comunicación, un área clave que la Unión Europea ha situado en quinto lugar entre los doce ámbitos estratégicos en los que debe incidirse para erradicar el sexismo y la discriminación. Sin embargo, los logros conseguidos en el ámbito de los medios y la igualdad de género son muy desalentadores a pesar de haber transcurrido 18 años desde la IV Conferencia Mundial de Beijing, donde se asumió un discurso crítico sobre la mujer y los medios de comunicación.

Las principales instituciones y organismos internacionales llevan más de treinta años impulsando políticas de igualdad de género que han repercutido en las políticas de los estados. Sin embargo, llama la atención los escasos y lentos avances de la igualdad en el campo de los medios de comunicación pese a la profusión de reflexiones, directrices y resoluciones emanadas del ámbito internacional y comunitario.

Contrariamente a lo que se presuponía, la feminización de las redacciones apenas ha incidido en mejorar la visibilidad de las mujeres, que siguen ocupando proporciones muy exiguas en su papel de portavoces, expertas profesionales o líderes de opinión; constreñidas a los campos temáticos tradicionalmente femeninos y relegadas a los temas secundarios de las agendas informativas.

La revisión de los planes de igualdad entre hombres y mujeres en el ámbito internacional nos permite extraer una conclusión evidente: en dichos planes, las reflexiones y acciones específicas relativas a los medios de comunicación se enmarcan en la autorregulación y en la preeminencia del principio de libertad de información y expresión; mostrando, cuando existen, inconcreción y falta de compromiso con las medidas específicas. Estas, si es que se enuncian, reiteradamente se limitan al ámbito de la sensibilización, al fomento de los estudios e investigaciones, así como al impulso de las buenas prácticas y la elaboración de códigos deontológicos. Consideramos que estas excesivas cautelas y falta de asertividad en las medidas de cambio en el contexto de los medios de comunicación han contribuido a la perpetuación de rutinas informativas y al escaso logro de objetivos ya evidenciado en los sucesivos balances de las estrategias y planes de acción, así como en los estudios empíricos realizados en España, como los del Consejo Audiovisual de Andalucía.

Sin embargo, la loable defensa a ultranza del derecho a la libertad de expresión y de información no puede dejar de lado otros derechos básicos internacional y constitucionalmente reconocidos, como el derecho a la igualdad entre hombres y mujeres. Los medios están obligados a garantizar la igualdad de género en cumplimiento de su responsabilidad social y de la legislación actual; sin embargo, están lejos de contribuir eficazmente a la superación de las desigualdades en su campo de actividad, incidiendo por el contrario en muchas ocasiones al sostenimiento de estereotipos y al traslado de una realidad mediática que se compadece mal con la realidad de las mujeres en las sociedades actuales.

María Luisa Pérez Pérez. Catedrática de E.U. de Ciencia Política y de la Administración y Consejera del Consejo Audiovisual de Andalucía.


Fuente: ANDALUCES

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