Lourdes Garzón habla sobre la brecha salarial, la conciliación laboral y la integración de las mujeres en el mundo laboral... con Joan Rosell
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Lourdes Garzón |
El señor Rosell comienza con la ronda de respuestas. Una asistente le pregunta por qué en la CEOE hay tan poca representación sectorial femenina. Imagino que quiere saber por qué no hay prácticamente mujeres en puestos visibles. Su presidente contesta que lamentablemente es así y, en su opinión, la causa es que “los hombres tienen más tiempo libre y pueden dedicarse a sus carreras más a fondo”. La presidenta de FEDEPE pide una aclaración porque, como la mayoría de nosotras, cree haber entendido mal. El señor Rosell explica que las mujeres estamos siempre más ocupadas porque somos “las que mandamos en casa”, mientras que los hombres tienen menos obligaciones y, como consecuencia, más tiempo libre. A veces, explica, hay excepciones, porque su señora, por ejemplo, tiene seis empleadas y todas mujeres. Seguramente si contratara a un hombre se montaría un lío en la empresa, bromea. Y termina aconsejándonos que hagamos más lobby entre nosotras porque si no, como se viene demostrando, no hay manera de sacar cabeza.
Termina el almuerzo y nos levantamos todas sin que nadie haya dicho en voz alta lo que pensaba. Es decir, termina de forma amistosa a fuerza de contención. Le recuerdo que hace tiempo que estamos interesados en entrevistarle. Muy simpático, me contesta que prefiere la prensa económica porque es más seria. Vuelvo a recordarle que por nuestras páginas han pasado personajes muy relevantes de la política y la economía. Y para zanjar la conversación con lo que considera un piropo me dice que, dado el tipo de revista que dirijo, femenina entiende él, le preguntará la opinión a su mujer, a ver qué le parece. Me disculpo y me voy. El señor Rosell comprenderá que, con tan poco tiempo libre, se me esté haciendo tarde. Tengo a mi izquierda a una headhunter que me pregunta si en mi sector se mantiene la brecha salarial. Le digo que creo que no, porque en realidad las mujeres no suelen ser candidatas a puestos de alta dirección, así que no existe el riesgo de que sean contratadas por un salario menor que el del candidato de enfrente. Quien evita la ocasión, evita el peligro. Comparamos con otras profesiones y, en general, tenemos una conversación, a la que se incorpora la ejecutiva de mi derecha, muy interesante y llena de matices sobre la evolución del mercado, la crisis y cómo esta afecta al empleo femenino. Me cuentan datos de otros países y estamos de acuerdo en lo anticuado del concepto de conciliación familiar aplicado únicamente a las mujeres. Aprendo mucho y, cuando nos queremos dar cuenta, la pintada ha desaparecido.
Fuente: Vanity Fair
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