La Estética de la Edad Moderna en femenino permanecerá hasta el 24 de junio y es un recorrido por las obras de once artistas europeas de los siglos XVI al XIX, con fondos del Museo del Prado y otras ciudades españolas
29/02/2012.- Las obras de once de las principales mujeres pintoras y escultoras de la Edad Moderna europea se dan cita a partir de hoy en el Museo del Patrimonio Municipal en la muestra titulada “la Estética de la Edad Moderna en femenino”, que podrá verse hasta el 24 de junio. La directora general del Área de Cultura y Deporte del Ayuntamiento de Málaga, Susana Martín, y la directora del Museo del Patrimonio Municipal, Teresa Sauret, presentaron esta muestra, comisariada por la propia Sauret y Elisa Chaves.. La exposición podrá visitarse de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00horas, de martes a domingo.
La muestra, que coincide con el 5º aniversario del MUPAM, completa un ciclo dedicado al mundo de la mujer, desde diferentes vertientes. En este caso, es un recorrido por la obra de las principales artistas de la Edad Moderna: Artemisia Gentileschi, Sofonisba y Lucía Anguissola, Lavinia Fontana, Clara Peeters, Luisa Roldán “la Roldana”, Andrea y Claudia De Mena (hijas de Pedro de Mena), Josefa de Ayala, Victoria Martín Campo, Rafaela Roose de Quirós y Concepción Cuadra. La exposición la componen fondos procedentes del Museo del Prado o los museos de Zaragoza, Cádiz y Guadalajara, además de las catedrales de Sevilla y Málaga.
La muestra, que es un acercamiento al arte en femenino en la estética barroca, quiere hacer una puesta en valor de mujeres artistas de los siglos XVI al XIX que bajo estéticas del Barroco desarrollaron una actividad plástica haciendo una aportación personal. Además de artistas de renombre universal como las italianas Artemisia Gentileschi, Sofonisba y Lucía Anguissola y Lavinia Fontana o Clara Peeters de los Países Bajos, también se ponen en valor las obras de las malagueñas Andrea y Claudia De Mena (hijas de Pedro de Mena), Josefa de Ayala, Victoria Martín Campo, Rafaela Roose de Quirós y Concepción Cuadra. El personaje de esta última pintora ha sido reencarnado por una estudiante de Bellas Artes, que realizará visitas teatralizadas de la exposición.
EJERCICIO ASTÍSTICO FEMENINO
Según señalan las comisarías: “El objetivo ha sido el de presentar individualidades femeninas, huyendo de las tradicionales comparaciones con sus compañeros contemporáneos y de la parada en sus, a veces dramáticas, circunstancias personales” Son once artistas de Italia a los Países Bajos pasando por España y terminando en Málaga. “Once mujeres que ejercieron el arte de la pintura y de la escultura con profesionalidad y algunas con éxito. Que significan modelos en sus estilos, modos de hacer y elecciones iconográficas. Que por sus obras, en sí mismas, nos permiten aquilatar sus trabajos y valorarlas en su calidad. Que cuando vemos sus obras solo apreciamos el trabajo y nos olvidamos del género de sus autores. Porque cuando lo que se hace es arte, no importa el sexo.”
Las comisarias recuerdan que durante la Edad Media “no existen apenas referencias sobre el ejercicio artístico practicado por mujeres, aunque hay noticias de algunas, religiosas en su totalidad. También es verdad que el anonimato preside la vida artística medieval, sometida a las reglas gremiales. Pese a ello, en Toro (Zamora) aparece un San Cristóbal firmado por Teresa Díez, desconocida autora pero testigo de la presencia femenina en el mundo artístico medieval, lo que confirma que la mujer practicó las artes en todas las épocas, otra cosa es que la historiografía artística lo haya ignorado hasta hace muy poco”.
“Durante el Renacimiento y con Vasari será cuando se vuelva a considerar el trabajo de la mujer como creadora, biografiando este autor hasta doce artistas italianas de su época, entre las que se encontraban las hermanas Anguissola, Sofonisba y Lucía. Muy poco después aparece citada por Carlo Ridolfi, en su biografía sobre Marietta Tintoretta (hija de “El Tintoretto”), la boloñesa Lavinia Fontana, que alcanzó fama, prosperidad económica y reconocimientos. Sin embargo, durante esas décadas, y también mucho después, por muy buenos que fueran los trabajos y a pesar del reconocimiento que obtuvieran, el que una mujer se dedicara al ejercicio artístico seguía considerándose como una excepción. Artemisa Gentileschi, la más famosa de todas, a pesar de su indudable calidad, ha trascendido a la historia antes por su conflictiva vida personal que por la genialidad de su obra, lo que confirma que, pese a que algunas triunfaron y otras muchas pasaron desapercibidas, para el desarrollo de su trabajo tuvieron que sortear todo tipo de dificultades y particularidades. El ser artista no las eximía de las labores y reglas propias de su sexo, ni se les terminaba de perdonar que quisieran transgredir su “orden” natural de esposas y madres”.
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