jueves, 2 de mayo de 2013

Las chicas también juegan

Las jugadoras Maider Castillo, del Levante, y Paula Arnal, del Valencia, descubren algunas claves del fútbol femenino

Las chicas también juegan

Ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Intentar encontrar semejanzas -no deportivas- entre el fútbol masculino y el femenino es como buscar una aguja en un pajar. Se asegura que el fútbol es el deporte rey, al menos lo hacen quienes se empeñan en hacerse con un calificativo que históricamente le pertenece al atletismo -esto, sin embargo, es otro debate-. Pero la praxis balompédica en féminas no se puede decir que esté envuelta del oropel, del agasajo, del elogio, del reconocimiento, de lo que mueve el fútbol español en cada instante. El sueldo medio de un jugador de Primera división puede estar en una horquilla de entre quinientos mil y un millón de euros. Las deportistas que compiten en la Primera división femenina se mueven entre sueldos, en excepcionales casos, que dan para vivir de ello, o el compaginar la pasión por el fútbol con estudios o trabajo, y un agradecer que de vez en cuando caiga algún incentivo. Es decir, el asunto anda entre lo «profesional» y lo amateur. El seguimiento en medios de comunicación es rotundamente incomparable. Y las cuestiones relativas al apoyo federativo o institucional tampoco dan para la convergencia.

Maider Castillo (Éibar, 3/8/1976), central del Levante desde 2001 con cuatro copas de la Reina y una Superliga (2007-08), y Paula Arnal (Valencia, 6/4/1991), centrocampista del joven Valencia Féminas, explican para ABC cómo es ese otro fútbol, el que practican las mujeres, que en todo caso realizan un esfuerzo físico comparable al masculino con cuatro o cinco días de entrenamientos semanales más la propia competición.

Una veterana como Maider, integrante de un club pionero en el fútbol femenino nacional, comenta que «antes no existían escuelas de fútbol base femenino y hoy sí, lo que hace que el nivel técnico-táctico sea mucho mayor. Los entrenadores tienen titulación y la gente que nos rodea cada vez está más cualificada. Antes no teníamos ni preparador físico. En España esto ha supuesto que nos hayamos acercado un poco a selecciones como Alemania o las de los países nórdicos, algo que antes era impensable. También han aumentado las licencias, lo cual da la oportunidad de poder elegir y de encontrar más calidad».

Las levantinistas como el Athletic, la Real Sociedad, el Rayo, el Barcelona,... tienen tradición. Es importante que clubes como Valencia y Atlético hayan activado categoría femenina en sus estructuras, aunque Maider defiende que «creo que falta que el Real Madrid crease su sección femenina, pues a efectos de imagen ayudaría mucho al fútbol femenino».

Se trata de unmundo que hoy se sigue moviendo entre algunas «privilegiadas» que pueden vivir profesionalmente del fútbol y aquellas, una mayoría, que deben compaginar una vida deportiva con sus estudios o trabajos. «En España son contados los clubes en categoría femenina que se pueden permitir económicamente ciertos gastos y que sus jugadoras no necesiten tener un trabajo complementario, porque muchas de las que cobrarán pueden ser incentivos, pero en general tienes que hacer tu vida, pues de lo contrario no puedes», advierte la valencianista Paula Arnal, quien es estudiante de enfermería. «El club nos da lo que puede que es poquito, pero lo intentan. Hay compañeras que trabajan y otras que estudiamos», concreta la jugadora valenciana. En el extremo contrario se encuentra Maider, licenciada en Educación Física, pero que «ahora mismo me dedico al fútbol y me siento una privilegiada porque trabajo en lo que quiero y poca gente puede hacerlo».

A la espera de un nuevo paso

Coinciden en que poco a poco los equipos femeninos van teniendo estructuras más sólidas. Técnicos, preparadores físicos, fisios, detalles que les permiten, al menos, «sentirte profesional, aunque económicamente no pueden darte un premio», como significa Paula. Un poder viajar con autobuses acondicionados, serigrafiados para identificar al club cuando juegan como visitantes, el hacer noche para descansar un día antes de un partido oficial,... hechos que agradece la valencianista, y que en la categoría masculina serían solo situaciones de obligado cumplimiento.

La levantinista Maider es clara a la hora de responder sobre si el fútbol femenino de máxima categoría da para vivir: «Dentro de la Primera división hay de todo. Hay equipos que son semiprofesionales y tienen plena dedicación, y hay equipos que no se lo pueden permitir y es una vocación más amateur. Pueden tener primas, cosas puntuales, pero la dedicación no es la misma».

Maider y Paula, valencianista y levantinista, rivales en el campo, competitivas obviamente, pero se unen para reivindicar el fútbol que practican las mujeres. «España es todavía un país machista y bastante elitista, y en este caso el fútbol femenino no produce y nadie apuesta de verdad y menos hoy en día. Necesitamos que alguien dé un pasito. Una ayuda importante sería la de una vuelta de tuerca de los clubes, o la implicación de las federaciones, pero también necesitamos a los medios para que nos lean más, que nos vean más, que nos oigan más,...», espera Maider, a quien suscribe Paula Arnal que apunta que «no es querer equipararse al fútbol masculino, pero ya que la implicación es la misma, pues que menos que poder vivir de ello. No es esperar lo que mueve el fútbol masculino, pero sí poder tener dedicación plena».

FUENTE:http://www.abc.es/comunidad-valencia/20130429/abcp-chicas-tambien-juegan-20130429.html

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