Cuando existe una orden de alejamiento y el acoso y las denuncias continúan, un juez puede ordenar que la víctima ingrese en un Plan de Protección. Los reporteros de 'A fondo' nos muestran cómo es la vida de una de estas mujeres protegidas.
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Madi tiene 25 años y está considerada víctima de alto riesgo. Su ex-pareja la maltrata. Este lunes acude a la guardia civil a denunciar nuevas amenazas. A pesar de su separación y de numerosos juicios, él le sigue acosando.
Desde 2007 está dentro del plan de protección a víctimas de violencia de género. Son mujeres que necesitan una continua vigilancia.
Ella confiesa que hasta que puso la primera denuncia los golpes e insultos eran diarios. En el primer juicio, al agresor le ordenaron orden de alejamiento, e incluso le prohibieron visitar al hijo que tienen en común. Pero la situación no mejoró.
Por eso, agentes de la Guardia Civil se personan en su trabajo, en su barrio, y vigilan para que el agresor no se le acerque. Hay situaciones, como ésta, en las que la presencia de los agentes es necesaria para fortalecer a la víctima e intimidar al agresor.
Sólo por orden judicial se puede ingresar en este plan de protección de víctimas. Las mujeres deben informar de sus cambios de vivienda, trabajo o hábitos. Está en juego su vida.
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