Cinco profesionales hispanoamericanos
del mundo de la tecnología han debatido esta tarde sobre el papel de la
mujer en este sector en el panel “Mujeres Tech: Liderazgo Femenino en el Mundo Tecnológico”, organizado por Avaya, América Economía e Intuic a través de Google Hangout.
Han sido cinco puntos de vista
distintos, tres femeninos y dos masculinos; uno europeo y cuatro
latinoamericanos; pero todos han coincidido en algo: las mesas de los despachos y las salas de reuniones siguen estando por detrás de una realidad que es mucho más diversa, y la solución a esa brecha está en la educación.
El moderador del debate, el vicepresidente de marketing de Avaya para América, Roberto Ricossa, ha citado datos que afirman que solo el 14% de las empresas de la lista Fortune 500 o Riqueza 500 cuentan con mujeres en sus puestos ejecutivos, y que un 25% de las mismas no tienen ninguna presencia femenina en su plana directiva.
Sin embargo, como ha destacado Patricia Araque, cofundadora de Ellas2, una plataforma de apoyo a mujeres hispanas emprendedoras, las mujeres se están acercando a la tecnología “en masa”.
“Somos mayoría de usuarias en todas las tecnologías, como las redes
sociales, que tienen que ver con la conversación. Pero éstas están
creadas por hombres, blancos y norteamericanos, lo que significa que los problemas que solucionan están sesgados”, ha explicado. El sector de la tecnología renuncia, así, a su juicio, a la diversidad.
La directora de comunicación de Google en Latinoamérica, Ana Paula Blanco, ha insistido también en la importancia de la diversidad. Las mujeres aportan diversidad a las empresas: “diversidad de ideas, de proyectos y de capacidades”.
Lo ha comparado con la eficacia de trabajar con un equipo cuyos
miembros tengan distintas carreras, bagajes socioculturales y niveles
socioeconómicos. “Si todos tus trabajadores han estudiado lo mismo en
la misma facultad, al final obtienes casi lo mismo de todos ellos”, ha
afirmado.
Un vínculo que se pierde en la adolescencia
Su compañía, Google, está “trabajando durísimo en distintos países”, ha señalado, para que las mujeres en el sector tecnológico “sean más”.
Y no lo está haciendo con aquellas que ya han elegido carrera o que ya
la están cursando, sino con las adolescentes y con las alumnas de
Primaria, esas mujeres a las que la sociedad no ha terminado de condicionar en su elección, que todavía no han perdido el interés en la tecnología por la “ratificación cultural de que las materias complicadas están enfocadas al género masculino”.
Porque –su colega, Patricia Araque, lo
tiene muy claro- las mujeres son iguales a los hombres en su relación
con la tecnología hasta la adolescencia, cuando pierden el interés en
ella o abandonan estas asignaturas por considerarlas demasiado
difíciles.
Silvina Moschini, de Cloudsourcing.us, va aún más allá, y señala la importancia de la educación no solo en las aulas, sino también en el hogar y la familia.
“Nos preparan para ser princesas, para estar en casa, ponernos la
corona y esperar a que venga un príncipe a rescatarnos. Hay que enseñar a
las hijas, sobrinas, ahijadas que ellas pueden construir su propio
castillo”, ha subrayado Moschini, que se ha lamentado de que la mayoría de los proyectos de emprendimiento dirigidos por mujeres son todavía humildes, artesanales, a pequeña escala. “Hay que enseñar a las chicas a soñar a lo grande”, ha dicho.
“Marissa Mayer está equivocada”
Tanto ella como Pablo Albarracín, subeditor de AETecno.com, coinciden en las ventajas del teletrabajo y el trabajo flexible. “Marissa Mayer (Yahoo) está equivocada”, asegura Moschini, “el trabajo flexible sí funciona”.
Su compañía, Cloudsourcing.us, lo apoya, porque la empresaria se dio
cuenta “de que tener una carrera profesional se podía compaginar con
tener una familia”. Albarracín, por su parte, lamenta que, “pese a que
la tecnología ya permita” el trabajo flexible, en Latinoamérica el patrón vigente sigue siendo el antiguo, el de trabajar de 9 a 5.
Los participantes han destacado, además,
la importancia, tanto para hombres como para mujeres, de contar con
redes de apoyo, dentro y fuera de la vida profesional, y de aprender a
delegar, a partir, como ha dicho Ana Paula Blanco, el esfuerzo en
pedacitos y repartirlos. La directora de comunicación de Google en
Latinoamérica ha bromeado con la tendencia de las mujeres a querer
echarse todas las responsabilidades sobre los hombros, y ha dicho que no hay cosa más parecida al cerebro femenino que un smartphone: “Es capaz de hacer cuarenta cosas a la vez”.
Foto cc: amsfrank
Fuente: TICbeat
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