Y ¿en qué rayos se parecen ambas? pensará usted con toda la razón. A
primera vista, nada tienen en común la estoica y dulce mujer de las
flores frescas en el pelo con la obstinada señora del moño y el
chesterfield en la mano cuya arrogancia contribuyó, según sus críticos, a
la guerra de Yom Kipur. Lo que une a estas dos damas de hierro es que
renunciaron a sus hijos (ambas fueron madres por partida doble) y a sus
maridos por la política. Una por construir su patria, la otra por
llevarla a la democracia.
Cada una hizo
saber a su futuro marido desde primera hora, y a su modo, cuáles eran sus prioridades. Ya en la boda de Suu Kyi, hija del padre
de la independencia de Birmania, con el profesor Michae Aris, en
Inglaterra en 1972 estuvo claro entre ellos que "tendrían que estar
separados si el pueblo birmano la necesitaba", según el obituario de él en la BBC.
Golda, nacida en Ucrania y criada en Milwaukee, intentó convencer a
Morris Meyerson ya de novios de que se instalaran en Palestina. "Golda
probó la razón, la persuasión y la manipulación. Cuando todo falló, echó
mano de la táctica clave de su arsenal, el ultimátum: O nos mudamos a
Palestina o no habrá boda", según una de sus biógrafas citada por el diario Haaretz.
Se casaron en 1917, poco después de la declaración Balfour (que
promovió la creación en Palestina de un hogar nacional para los judíos).
En 1921, viajaron a Palestina para quedarse.
El año en que Golda logró su primer cargo público, 1928, se separó de Morris, aunque nunca llegaron a divociarse. Comenzaba una carrera política
que la convirtió en embajadora, diputada laborista, ministra -"el mejor
hombre de mi Gobierno", solía decir Ben Gurión, cosa que ella
aborrecía- y, en 1969, jefa de Gobierno. Dimitió tras la guerra de Yom
Kipur, el mayor fracaso militar de su ejército. Tenía 74 años.
Golda expresó su pesar de esa manera tan contundente y directa de los
israelíes: "Hay un tipo de mujer que no se puede quedar en casa", segun
recogió el NYT en su obituario. Sea el sentido del deber o el carácter, birmanos, israelíes (y surafricanos) les deben estar agradecidos por su sacrificio.
FUENTE: http://blogs.elpais.com/mujeres/2012/06/todo-por-la-patria.html
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