Muchas mujeres sostienen económicamente a sus familias, una situación que, todavía hoy, sigue acarreando graves problemas en algunas relaciones
Envidia, celos, infidelidades, excesiva dependencia... se trata de algunos de los problemas más comunes en una pareja y que, en algunas ocasiones, pueden suponer el punto y final de la que podría ser una relación sana y duradera, pero que en otros casos pueden tener fácil solución. La finalista de un Premio Planeta, Marta Rivera de la Cruz, y la directora del equipo de inteligencia emocional de la Fundación Eduardo Punset, Carmen Loureiro, estudian en «Maldito Amor»(Ed. Oniro) diez de las trabas más comunes que pueden presentarse en toda relación sentimental e intentan aportar soluciones y formas de aprender de nuestros errores sentimentales.
De entre los problemas analizados, la envida en la pareja es quizá uno de los más preocupantes y habituales en los últimos años, pues la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, así como su consecución, en algunos casos, de éxitos profesionales y mayor nivel económico es, en opinión de ambas autoras, difícil de asumir por sus parejas. Así lo explica Marta Rivera, quien afirma que «hoy en día, por primera vez, hay muchas mujeres que ganan más sus maridos, una situación complicada para algunas parejas acostumbradas a que sea el hombre quien lleva el peso económico».
En este sentido, a la autora le preocupa el hecho de que «todavía seamos una sociedad inconscientemente machista. Esto significa que intelectualmente rechazamos el machismo pero, hay temas, como el económico, que son difíciles de asumir tanto por hombres como por mujeres, pues no hemos sido educados para ello. Hay hombres con 40 y 45 años que han sido preparados para tirar del carro y se encuentran con que hoy, sencillamente, no lo hacen... Eso les humilla, les avergüenza y puede acabar por matar su relación».
Sensación de culpabilidad
Por su parte, la psicóloga Carmen Loureiro opina que «todavía estamos en un momento en el que para los hombres no es algo positivo que la mujer brille más profesional o socialmente, o que gane más dinero que ellos. Esto sigue ocurriendo a día de hoy y necesitaremos muchos años para superarlo». Para Carmen, estamos lejos de alcanzar esa igualdad soñada, «en primer lugar porque los puestos de poder siguen en manos de hombres y, además, porque las mujeres también deben a costumbrarse a la nueva situación». En este sentido, la psicóloga alerta de que «muchas mujeres pueden vivir con culpabilidad al crecer más que su pareja, ya que se nos ha educado en familias tradicionales y es difícil adaptarse al cambio».
Loureiro establece varias pautas que debemos de tener en cuenta si queremos mantener una relación sentimental saludable: «Es necesario que afrontemos los problemas y los veamos como oportunidades para conocernos mejor pues, como se desprende del libro, sin conflicto es difícil que haya evolución alguna. En segundo lugar, deberíamos expresar más nuestros sentimientos para intentar encontrar solución a los problemas además de empatizar con la pareja y compartir con ella nuestras experiencias. Afrontar, expresar y empatizar son tres conceptos clave en cualquier relación».
Cómo romper con alguien
Entre las situaciones analizadas en este libro también se encuentra la difícil «papeleta» de tener que romper con nuestra pareja. Como cuenta Carmen, «es necesario dejar una relación si ya no queremos a la otra persona, pero la clave para dejar a alguien es entender que dejar de querer no significa dejar de respetar. Es verdad que muchas veces dejamos relaciones muy dolorosas y es difícil hablar de respeto o empatía, pero la mayoría de las rupturas se producen porque el intercambio ha dejado de ser positivo y nos dejamos de querer». Lo ideal, considera, sería «reconocernos con derecho a expresar ese cambio y dejar la relación, comprendiendo siempre que cuando dejamos a alguien le hacemos daño. Ser sensibles cuando rompemos será bueno para ambos miembros de la pareja».
La opinión de Marta en este sentido es que, aunque toda ruptura es dolorosa, hay personas que se niegan a asumirlo. «No puedes dejar a una persona y además quedar bien, tienes que saber que le vas a hacer daño». Además, advierte de que romper e intentar seguir siendo amigos es un craso error, por lo menos al principio. «Personalmente, creo que eso de dejarlo y quedar inmediatamente para mantener una relación de amistad es muy complicado. Debemos aceptar que la ruptura conlleva siempre dolor y hace falta tiempo para superarlo».
¿Y si somos los abandonados? La mejor manera de afrontar una ruptura es, según la psicóloga, aprendiendo a sobrellevar la tristeza. «Debemos tomar contacto con nuestros sentimientos, dar un paso adelante y sacar partido a la ruptura». Para Marta, «si algo sale mal es porque está condenado al fracaso. Tenemos que aceptar que hay amores que no son para siempre, pero que las rupturas sí lo son».
Ambas autoras coinciden en afirmar que el amor siempre tiene algo de raciocinio. «Siempre asociamos el amor a lo emocional porque conlleva emociones muy intensas -cuenta Carmen- pero el ser humano no es solo emoción». Precisamente, aclara, «la inteligencia emocional consiste en saber tomar contacto con lo que sentimos y gestionarlo de manera racional, así podremos divertirnos y disfrutar de nuestra pareja». De la misma opinión es Marta, para quien el amor «tiene una parte muy emocional que también puede estar dictada por la intelectual. Nuestro corazón no solo siente, también analiza y nos "recomienda" al que será nuestro mejor compañero».
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