Dice en el escrito de calificación que el padre actuó por celos y venganza
El único objetivo de José Bretón era causar el mayor dolor posible a su mujer, Ruth Ortiz, porque ésta decidió poner fin a su matrimonio. Por esta razón, ideó un plan, "sin escrúpulo y sin piedad", que estuvo preparando desde que ésta le comunicó a mediados de septiembre de 2010 su intención de separarse y que finalmente ejecutó por celos y venganza.
La acusación particular, ejercida por Ortiz, en la causa abierta contra su ya ex marido, solicita para Bretón una pena de 40 años de cárcel por asesinar a los pequeños Ruth y José, de seis y dos años, con alevosía y la agravante de parentesco.
Además, según recoge el escrito de calificación de los hechos que fue presentado el martes ante el juzgado número 4 de Córdoba, que instruye la causa, la madre de los menores solicita a José Bretón una indemnización de dos millones de euros, uno por cada hijo. No obstante, éste se ha declarado insolvente tanto para hacer frente a dicha indemnización como a los gastos generados por la búsqueda de los pequeños.
En dicho escrito, la letrada que representa los intereses de Ruth Ortiz solicita que el jurado se pronuncie en la vista oral que ha de celebrarse la próxima primavera sobre la posibilidad de que diversos familiares de Bretón hubiesen cometido delitos de encubrimiento (su hermano Rafael Bretón y su cuñado José Ortega) y de falso testimonio (su madre Antonia Gómez y su hermana Catalina).
Ruth Ortiz piensa que, cuando Bretón asesinó a sus hijos, no se encontraba en un estado mental que pudiera justificar en el momento del juicio este acto. El plan urdido por Bretón era el siguiente: aprovechaba sus viajes desde Córdoba hasta El Portil para ver a sus hijos para comprar litros de gasolina que finalmente le sirvieron para prender la hoguera de enormes dimensiones en la finca de Las Quemadillas. Antes de hacerlo, telefoneó hasta en tres ocasiones el día de los hechos a Ruth Ortiz –la última de ellas estando ya en la parcela con los niños- y al no recibir respuesta, suministró a estos medicamentos para dormirlos.
No obstante, en el escrito no se especifica si la madre considera que los críos fueron arrojados a la hoguera vivos o muertos. Lo que sí da por hecho es que José Bretón llegó sólo al parque Cruz Conde de la capital cordobesa, donde dijo haberlos perdido, porque así lo constatan las cámaras de seguridad.
La acusación recuerda, además, que la perito que examinó los restos óseos hallados en la hoguera, Josefina Lamas, y que los confundió con huesos animales, rectificó posteriormente su informe, tal y como confirmaron otros expertos externos.
Según han explicado fuentes de la Fiscalía a ELMUNDO.es, el Ministerio Público aún no ha presentado el escrito de calificación al no haberse agotado el plazo máximo para hacerlo, que concluye el próximo día 15.
La acusación particular, ejercida por Ortiz, en la causa abierta contra su ya ex marido, solicita para Bretón una pena de 40 años de cárcel por asesinar a los pequeños Ruth y José, de seis y dos años, con alevosía y la agravante de parentesco.
Además, según recoge el escrito de calificación de los hechos que fue presentado el martes ante el juzgado número 4 de Córdoba, que instruye la causa, la madre de los menores solicita a José Bretón una indemnización de dos millones de euros, uno por cada hijo. No obstante, éste se ha declarado insolvente tanto para hacer frente a dicha indemnización como a los gastos generados por la búsqueda de los pequeños.
En dicho escrito, la letrada que representa los intereses de Ruth Ortiz solicita que el jurado se pronuncie en la vista oral que ha de celebrarse la próxima primavera sobre la posibilidad de que diversos familiares de Bretón hubiesen cometido delitos de encubrimiento (su hermano Rafael Bretón y su cuñado José Ortega) y de falso testimonio (su madre Antonia Gómez y su hermana Catalina).
Ruth Ortiz piensa que, cuando Bretón asesinó a sus hijos, no se encontraba en un estado mental que pudiera justificar en el momento del juicio este acto. El plan urdido por Bretón era el siguiente: aprovechaba sus viajes desde Córdoba hasta El Portil para ver a sus hijos para comprar litros de gasolina que finalmente le sirvieron para prender la hoguera de enormes dimensiones en la finca de Las Quemadillas. Antes de hacerlo, telefoneó hasta en tres ocasiones el día de los hechos a Ruth Ortiz –la última de ellas estando ya en la parcela con los niños- y al no recibir respuesta, suministró a estos medicamentos para dormirlos.
No obstante, en el escrito no se especifica si la madre considera que los críos fueron arrojados a la hoguera vivos o muertos. Lo que sí da por hecho es que José Bretón llegó sólo al parque Cruz Conde de la capital cordobesa, donde dijo haberlos perdido, porque así lo constatan las cámaras de seguridad.
La acusación recuerda, además, que la perito que examinó los restos óseos hallados en la hoguera, Josefina Lamas, y que los confundió con huesos animales, rectificó posteriormente su informe, tal y como confirmaron otros expertos externos.
Según han explicado fuentes de la Fiscalía a ELMUNDO.es, el Ministerio Público aún no ha presentado el escrito de calificación al no haberse agotado el plazo máximo para hacerlo, que concluye el próximo día 15.
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