María Ángeles Carmona acaba de ser nombrada presidenta del
Observatorio contra la Violencia de Género y Doméstica del Consejo
General del Poder Judicial (CGPJ). Esta sevillana ha sido secretaria del
Juzgado de Violencia contra la Mujer número 3 de Sevilla hasta 2012,
cuando fue nombrada jefa de la Unidad de Coordinación Territorial de
Violencia de Género de la Delegación del Gobierno en Andalucía, cargo
que compatibiliza con el de vocal del CGPJ.
Tras una carrera vinculada a la lucha contra la violencia de género, ¿qué ha supuesto para usted su nombramiento?
Es un gran reto y un honor. Le estoy muy agradecida al presidente del
Consejo General del Poder Judicial por haber pensado en mí para liderar
esta institución. Es el único observatorio de carácter jurídico que
tenemos en España y que aglutina a todos los operadores jurídicos que
trabajan contra la violencia.
¿Cuáles son sus retos?
Muchos y muy ambiciosos. Queremos mucha coordinación y ya en la
primera reunión acordamos invitar al Ministerio del Interior a formar
parte del Observatorio, pues las fuerzas de seguridad del Estado están
en primera línea de batalla y es muy importante que se coordinen con el
restos de instituciones. Hay que tejer redes de tal manera que la
protección de las víctimas no tenga ningún escape y hay que sensibilizar
muchísimo a las mujeres para que sepan que hay respuesta institucional y
que ahí estamos muchos operadores para su protección.
El haber estado en las trincheras, tratando día a día con las víctimas ¿le da un plus para el cargo?
Me da mucha seguridad, porque el haber estado en la primera línea de
batalla me hace tener un conocimiento muy cercano de lo que está
pasando. He asistido a muchísimas declaraciones de imputados, de
víctimas, de testigos; y he visto situaciones terribles de sufrimiento.
Eso me da un bagaje muy importante.
16 mujeres muertas a manos de sus parejas en lo que va de año, uno de los peores arranques desde 2006 ¿Qué ocurre?
No sabemos por qué en determinadas épocas del año hay un repunte, que
luego puede bajar. Habrá que esperar a que termine 2014 para poder
comparar con años anteriores y saber las causas. La crisis económica
puede estar influyendo, por eso es tan importante que la mujer sepa que
hay recursos asistenciales y que hay muchísima respuesta de las
instituciones. Tienen que denunciar porque la única manera que tenemos
para proteger y para que se pongan en marcha las instituciones es la
denuncia.
En Andalucía hemos tenido hace poco tres casos en sólo 48 horas. ¿Existe un efecto llamada?
Hubo un estudio en 2011 de la Universidad de Granada que tras
analizar todos los asesinatos que hubo entre el 2000 y 2010 concluyó que
subía mucho el porcentaje cuando se daba la noticia de una muerte por
violencia en las 48 horas siguientes. Pero cuando se amplió el estudio a
2011 parece que ese porcentaje bajaba. Los medios hacen una labor
importantísima para la visualización de la violencia de género y, de
hecho, si el 78% de las mujeres en España conocen el 016 [el teléfono
gratuito para denunciar] es gracias a los medios. Su compromiso es clave
para que la sociedad esté informada, pero hay que informar bien, de
forma profesional.
Se habla mucho de maltrato físico y parece que el gran desconocido es el psicológico. ¿Es la asignatura pendiente?
La violencia psicológica puede crear secuelas más importantes que las
físicas. Ya hay sentencias sobre esto, pero lo que sí es necesario
trasladar a la sociedad es que las mujeres sepan que el maltrato es una
bofetada, pero también lo es ese hostigamiento continuo de amedrentar,
dominar y aislar a la mujer.
¿Hay que implicar más a las administraciones? ¿Faltan medios?
No faltan medios. Estamos muy coordinados en esta materia con las
comunidades autónomas. Hay que afinar todavía más, porque la
coordinación es lo más importante para no dejar nunca a la mujer
desprotegida, para no hacer segundas victimizaciones y para que la mujer
no tenga que hacer un peregrinaje para conseguir su protección.
¿Y los hijos de las víctimas? ¿Son los grandes olvidados?
Un estudio indica que el 80% de las víctimas tienen hijos, y que
estos también lo son sólo por ser testigos de situaciones graves, ya que
les crea secuelas psicológicos para toda la vida. Tenemos que incidir
mucho en la protección de los niños. Desde el año pasado en la
Delegación del Gobierno estamos haciendo estadísticas de niños que han
sido asesinados por las parejas de sus madres y son considerados
víctimas independientemente de ellas. Es un paso muy grande porque por
primera vez en los juzgados de Violencia se están llevando
investigaciones de asesinatos de menores.
Otro de los puntos que ya ha planteado es la reagrupación de partidos judiciales. ¿En qué puede esto beneficiar a la víctima?
Se ha hecho un estudio en el Ministerio de Justicia sobre las cargas
de trabajo que tienen los juzgados especializados y se ha visto la
posibilidad de rentabilizar los efectivos que tenemos y hacer una
comarcalización. El motivo es que la víctima esté siempre atendida por
un juzgado especializado, y eso no sólo significa que el juez tenga una
formación, sino también que hay una serie de recursos, como las unidades
de valoración, que los ordinarios no tienen. El objetivo es que la
víctima esté atendida de manera integral.
Según los últimos datos del CGPJ sólo el 5,1% de los casos
que entran en un juzgado de violencia acaba en condena ¿Qué ocurre para
que el porcentaje sea tan bajo?
Pero si miramos el número de sentencias, más del 50% de los casos que
llegan a ser juzgados acaban con condena. El maltrato ocurre en la
intimidad familiar, sin testigos, y nuestro Derecho es muy garantista y
hay que preservar la presunción de inocencia. Aún así el porcentaje es
bastante alto
¿Está el problema en la retirada de denuncias? El 20% se echa atrás.
He vivido guardias muy difíciles en las que se han concedido muchas
órdenes de protección y al día siguiente han venido las mujeres de la
mano de sus agresores a retirar la denuncia. Es lo que más nos preocupa y
nos da una impotencia tremenda. No podemos proteger a quien no siente
que tiene que ser protegida.
Habla de medidas de protección. ¿Están funcionando las pulseras electrónicas?
Se están poniendo pulseras, pero quizás hay que dar más información a
los juzgados porque son muy efectivas. Las medidas de protección
funcionan mucho como efecto disuasorio y son muy raros los casos que con
una orden de protección la víctima resulta de nuevo agredida o
fallecida, porque las fuerzas de seguridad evalúan el riesgo de la mujer
y están tomando medidas a diario para su protección.
¿La juventud es consciente del problema de la violencia, porque ya se dan casos entre menores?
Ahí tenemos muchísimo trabajo por hacer. Los adolescentes cada vez
tienen relaciones sentimentales más jóvenes, cuando no tienen madurez
para discernir cuáles son las señales de alarma y, en cambio, ya están
sufriendo violencia. Entre la juventud se dan arquetipos machistas como
«el que bien te quiere te hará llorar», o compartir claves de redes
sociales como prueba de amor. Hay que educar en igualdad, para tener
relaciones sanas y resolver los conflictos de forma pacífica. Y eso es
trabajo de todos.
Fuente: El Correo de Andalucía
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
8M Día internacional de La Mujer “POR TI PRIMERO”
La dificultad de acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad, la feminización de los cuidados, así como la falta de corresponsabili...
-
Las ventas están siendo un tema clave en sintetia en las últimas semanas. Vender se vuelve cada vez más importante y estratégico. En un ento...
-
Hoy en día nadie puede negar la importancia de la mujer en cualquier actividad de la sociedad. En política, deportes, religión, en fin, ...
-
Mastercass, largometrajes, cortometrajes, documentales y ficción para visibilizar y reflexionar sobre las discriminaciones de género Web:...
No hay comentarios:
Publicar un comentario