Es la única mujer que dirige una entidad financiera y la única que se sienta al frente del Consejo de Administración de una de las compañías que cotizan en el Ibex 35.
MH. ¿Cómo ha cambiado su vida en estos últimos 15 años, tanto en el terreno profesional como en el personal? ¿A qué se dedicaba en 1999?
MDC. Evidentemente ha cambiado, como ha cambiado nuestro país. Parece un tiempo corto, pero si echamos la vista atrás vemos la cantidad de cosas que han ocurrido que han modificado nuestro entorno: desde la llegada de una nueva moneda a una crisis global que está cambiando el mundo. Por lo que se refiere a mi vida personal, los cambios han sido también importantes. Los más evidentes se refieren a mis hijos, que han pasado de niños a jóvenes autónomos e independientes. Los cambios que percibimos en el espejo de los otros, sobre todo de los más cercanos, nos ofrecen un impacto mayor que los propios, que siempre son más difíciles de percibir.
Y en el ámbito profesional, la evolución ha sido igualmente importante. En 1999, estaba volcada en ese proyecto tan ilusionante que habíamos comenzado en 1994 y que se llama Línea Directa. Participé en el crecimiento de una compañía que, entonces, estaba formada por un pequeño grupo de empleados con un proyecto muy innovador; y que hoy es una de las principales entidades aseguradoras de nuestro país.
Hoy, 15 años después, sigo vinculada al Grupo Bankinter, si bien desde 2010 como consejera delegada del banco. Si alguien me hubiera dicho en aquel año cuál sería mi realidad profesional, posiblemente no le hubiera creído. Nunca sabemos lo que nos deparará el destino. Lo importante es asumir los proyectos según van llegando, apostando por llevarlos a cabo de la forma más eficaz e ilusionante posible.
MH. ¿Ha sido difícil llegar al lugar que ocupa? ¿Qué es lo que más le ha costado?
MDC. Cualquier proyecto, o cualquier reto, tiene su grado de dificultad. Pero no por ello es menos realizable o asumible. Es cuestión de acometerlo con el enfoque y la estrategia adecuada, y sobre todo con el esfuerzo e implicación que requiere. Con ilusión, tesón, perseverancia, estamos capacitados para afrontar cualquier dificultad y salir victoriosos de ella. Más que los retos que más me ha costado superar, prefiero fijarme en los que me siento más orgullosa de haber alcanzado.
MH. ¿Cómo cree que ha cambiado la vida de las españolas en general? ¿En qué cree que hemos mejorado desde entonces? ¿Qué nos queda aún por conseguir?
MDC. Yo no hablaría de tiempos mejores o peores sino distintos. La vida de las españolas ha experimentado cambios radicales en los últimos tiempos, pero esos cambios forman parte de una carrera de fondo que viene de mucho más atrás. Y aunque los cambios se producen todos los días, y casi sin darnos cuenta, para poder apreciarlos bien hay que tomar una foto temporal más amplia.
Creo que aún habrá más cambios en un futuro, que afectarán a conseguir mayor paridad en el ámbito de las empresas, mayor apuesta por la conciliación laboral, un equilibrio en las responsabilidades familiares dentro del hogar, etc. Pero todo ello surgirá de forma natural, y nos conducirá de forma inexorable a que, más tarde o más temprano, exista un equilibrio personal y profesional entre hombres y mujeres a todos los niveles.
MH. En el sector financiero, ¿cómo ha evolucionado el papel de la mujer? ¿De verdad se ha notado un avance?
MDC. El sector financiero, al igual que el asegurador, han sido sectores con una preponderancia masculina, tanto en número de empleados como de los perfiles directivos. No obstante, las empresas españolas en general, y los bancos en particular, han avanzado mucho y ya es común ver a directivas. Son una nueva generación de mujeres muy preparadas, solventes e igual de capacitadas que los hombres para ocupar puestos de responsabilidad al máximo nivel. Para competir con éxito en un entorno complejo como el actual es necesario contar con la colaboración de una plantilla equilibrada compuesta por hombres y mujeres que consiguen trabajar enriqueciendo las empresas desde sus realidades. Afortunadamente, cada vez hay más empresas que lo entienden así. Y me enorgullece que Bankinter sea una de ellas.
MH. ¿Por qué cree que hay tan pocas mujeres en puestos como el suyo?
MDC. Todos esos cambios son lentos, especialmente en grandes compañías como los bancos; pero a la vez son imparables. Esa tendencia hacia la paridad se produce de manera progresiva y escalonada: primero se produce un equilibrio en la ‘base de la pirámide’, luego esa paridad se traslada hacia los cuadros directivos y, al final, eso conlleva que los máximos órganos de cada empresa, los comités de dirección o los consejos de administración, estén formados por hombres y mujeres de una manera indistinta y natural. En poco tiempo, la figura de una directiva o consejera delegada de un banco, será habitual, y ocurrirá casi sin que nos demos cuenta.
MH. ¿Cree que a las mujeres se les exige todavía más que antes que compaginen su vida familiar y laboral?
MDC. A las mujeres nos ha tocado jugar un importante (aunque desagradecido) papel en todas las crisis económicas. Tenemos un espíritu más fuerte, y cuando las cosas se derrumban, el peso de superar las circunstancias y tomar las decisiones para salir adelante suele correspondernos. Por ello, las exigencias y responsabilidades de las mujeres siempre han sido elevadas, y la realidad es que las mujeres de mi generación, y las que han venido después, nos hemos incorporado de lleno al mercado laboral sin renunciar a nuestra misión como madres. Esto ha supuesto un esfuerzo ímprobo, en el que la sociedad no ha ayudado mucho y con un entorno laboral dominado por los horarios extensos, la escasa flexibilidad y una fuerte cultura presencial.
Porque tener hijos, un marido y un puesto de responsabilidad, exige dedicarle mucho tiempo a cada cosa. Y tiempo adicional es lo único que no disponemos. En mi caso, por ejemplo, me gustaría no tener que trabajar por la noche, que me diera tiempo a hacer todo en la oficina, pero reconozco que hay cosas que sólo puedo hacer fuera del horario laboral: contestar emails, discursos, presentaciones… Es difícil conciliar. Al final, tienes que renunciar a muchas cosas y pasas por momentos de dudas en los que te planteas si estás haciendo bien y si estás poniendo el foco en lo importante. Vas pasando rachas mejores o peores en el convencimiento de que haces lo correcto
MH. ¿Cómo cree que será la vida de las españolas en los próximos 15 años? ¿Qué avances considera más urgentes en materia de igualdad?
MDC. Vaticino para las mujeres un futuro próspero y brillante en el que jugarán un papel de liderazgo. Las anomalías que todavía se dan en el ámbito empresarial, en la administración, en la cultura… van a solventarse como consecuencia de un proceso natural que no tiene marcha atrás. En este momento, 2 de cada 3 licenciados que terminan sus estudios universitarios o de postgrado son mujeres y, por poner un ejemplo, en la carrera judicial, en la medicina, o en la banca, predominan las nuevas generaciones de mujeres. Estas nuevas generaciones tienen claro que la independencia y la libertad que les da el trabajar fuera es indispensable; que los únicos límites a sus proyectos personales y profesionales están en ellas mismas; y que con esfuerzo, dedicación y confianza tienen todo su futuro en sus manos.
En el ámbito empresarial cada vez son más los que aceptan la idea de que contar con mujeres en los organismos de decisión de las empresas es un factor que contribuye al éxito de las mismas. Siendo el talento profesional un bien escaso, es un error estratégico renunciar al talento de mujeres altamente capacitadas y con experiencia. Es una pérdida de crecimiento potencial para las empresas y para el conjunto de la sociedad.
No obstante, las mujeres que llegan, lo tienen que hacer por sus propios méritos y no por imposición. No necesitan un tratamiento de protección especial para ocupar posiciones que pueden conseguir por méritos propios. Lo que sí es importante es que se preste mayor atención a las exigencias de conciliación y, sobre todo, se fomente una cultura empresarial donde él éxito, rendimiento y compromiso no se midan por las horas de presencia en la oficina, sino por su contribución al negocio y a los resultados, por su eficacia comercial, por la satisfacción de los clientes, y por indicadores totalmente correlacionados con la buena marcha del negocio.
MH. ¿Cómo ha afectado la crisis a la situación de las mujeres en ese sector?
MDC. Ningún colectivo ni sector ha sido ajeno a los efectos de la crisis y los ajustes. Pero en algunos ámbitos, como es el caso de la banca, el impacto sobre las mujeres ha sido menor pese a que ha sido una de las industrias donde los recortes han sido más acuciantes. Por darte algunos datos, desde 2008 las entidades financieras españolas han cerrado más de 12.000 oficinas y despedido o prejubilado a 62.000 personas, la cuarta parte de las que trabajaban en los bancos y cajas antes de la recesión. Sin embargo, y el número de mujeres ha crecido en estos cuatro años. Incluso, en 2013 podría haber superado el peso de los hombres en las plantillas.
En Bankinter, por ejemplo, la mayoría femenina es una realidad. En este sentido, la recesión se presenta como una oportunidad de demostrar que las mujeres somos capaces de desempeñar los mismos puestos que los hombres con iguales o mejores resultados. Creo que las mujeres pueden aportar mucho a la gestión financiera, por su manera de ver la realidad, de gestionar los equipos de personas o de entender los negocios.
Fuente: Mujer Hoy
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