Tengo que hacerle la ola, construirle un monumento, ponerle un piso, rendirme a los pies de la campeona olímpica y mucho más, Lydia Valentín. Esta pedazo de mujer no sólo ha demostrado al mundo entero la gran deportista que es y el duro trabajo que lleva sobre sus espaldas día a día para haber llegado a ser campeona del mundo, campeona olímpica y tres veces campeona de Europa de halterofilia, sino que además no tiene pelos en la lengua a la hora de marcar sus objetivos y poner en su sitio a quien se lo merece.

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