La nadadora mijeña debutará en Londres en unos Juegos Olímpicos, donde participará en las pruebas de 200 espalda y 4x100 estilos
Una semana de asueto es mucho en una nadadora, acostumbrada a volúmenes de trabajo de hasta 14 kilómetros diarios de piscina. La mijeña Duane Rocha (nacida en Brasilia, en 1988, pero afincada en la Costa del Sol desde pequeña) recarga pilas en su casa antes de volver a los entrenamientos. Lo hace con el sentimiento del deber cumplido. Competirá en los Juegos de Londres.
-Ya es olímpica (nadará en 200 espalda y 4x100 estilos). Estará en el desfile inaugural. Vivirá en la villa olímpica... ¿Lo ha podido digerir totalmente?
-La verdad es que antes de competir parecía hecho y durante aquel fin de semana tuve dudas, porque fui a hacer las cosas bien desde el primer momento, y al no tener la mínima de 100 la fluidez se paró. Pensaba que estaba un poco más fuerte. Ahora ya me hago a la idea. Trabajé mucho para eso. De todas formas, esperaba más del 200 espalda. Podría haber logrado una marca mejor, pero eso me va a dar la oportunidad de superar el registro en una cita más importante.
-¿Qué objetivo tiene en Londres?
-Calculo que para poder meterme en la semifinal habría que nadar en 2:09 en las eliminatorias, y no sé cómo estará la final, pero menos de 2:09. En un principio, mi objetivo es hacer semifinales. Si llego en buena forma y me meto en la semifinal podré darlo todo y me quitaré presión.
-¿Cuántas nadadoras puede haber con menos tiempo que usted este año en 200 espalda?
-Más o menos, diez.
-«Es como si ir a unos Juegos me hubiera costado ocho años de altibajos», dijo tras hacer mínima olímpica. ¿Se ven compensados tantos meses de sacrificio?
-Creo que sí, totalmente. Hacer realidad un sueño no es fácil. Si fuese sencillo acudir a unos Juegos Olímpicos, no tendría tanta importancia. Aunque me ha costado mucho, ha merecido la pena.
-¿Llegó a verse en algún momento fuera de la natación?
-Sí, porque no tenía ganas de competir. Este es un deporte en el que estás tú sola contra los demás. Si pierdes la ambición llega un momento en el que no vale la pena entrenarte tan duro para ello.
-¿De dónde le vinieron las fuerzas para seguir?
-Siempre está el apoyo de mi familia, que en todo momento estaba luchando por mí. Decidí con ella elegir otro camino, que era que si la natación de élite me daba muchos disgustos escogiese lo que a mí me gustaba, empezar en un club, con otros nadadores sin objetivos tan ambiciosos y empezar de cero.
-¿Por qué el Canoe?
-Estuvo tiempo intentando convencerme. Me costó dejar el Mijas, pero necesitaba un club más competitivo. Pasaba de mirar por mis objetivos personales a hacerlo por los de un club grande: la Copa de clubes, el Campeonato de España... De un centro de alto rendimiento, en el que todos éramos rivales, a entrenarme en un club, en el que son compañeros. De una residencia de deportista de élite, a un piso, con una compañera que no es nadadora y que te ayuda a no saturarte.
-¿Le podrían conceder una segunda oportunidad en 100 espalda por haberse quedado a solo seis centésimas de la mínima olímpica?
-No. Si no, deberían dársela a más gente. Por ejemplo, a Merche Peris en esa misma prueba, y ella no tiene otra oportunidad como yo.
-¿Cómo asume ahora ese pequeño desfase?
-Es que no fue nada, son detalles que salieron mal. Si hubiesen ido bien habría hecho la mínima fácilmente.
-¿Ha hecho planes para Londres, la va a acompañar algún familiar?
-La verdad es que estos días solo he pensado en relajarme tras meses centrada en estos campeonatos en Málaga. Cuando vuelva a nadar empezaré a mirar las entradas. Ahora todos me llaman para ir. Está aquí al lado y quiero premiar a los que han estado conmigo estos meses.
-¿Había llegado a pensar que con 24 años iba a ser su última oportunidad olímpica?
-No quería que me pasara eso por la cabeza. Solo quería pensar en los Campeonatos de Málaga y no en el después. Pero para los siguientes Juegos tendré 28, y llevo nadando al más alto nivel desde los 15, cuando ya estuve en un Europeo.
-¿Cómo empezó a nadar?
-No fue algo de familia. Simplemente, mi madre siempre me quiso meter en deportes, para que no estuviese en la casa o en la calle sin hacer nada. Me gustaban muchos deportes: yudo, baloncesto, atletismo... Al final tuve que elegir entre este último y la natación, y mi madre decidió. Empecé en serio con ocho años.
-¿Cuánto tiene de culpa su entrenador José Ignacio González 'Taja' en sus últimos logros?
-Mucha. Más que como entrenador, como persona. Es una persona muy calmada y me inspira tranquilidad. Antes tuve buenos técnicos, pero no se fijaban tanto en lo psicológico. Taja ha entendido que yo necesitaba estar tranquila y contenta para rendir. Aunque te entrenes mucho y muy bien, lo importante es estar bien psicológicamente.
-¿Cuáles son sus próximos retos?
-El Campeonato de Europa, que lo afronto simplemente como un entrenamiento, como una forma de coger competición para no estar parada hasta los Juegos. Pero no puedo estar bien en las dos citas.
-¿Qué cabe esperar del equipo español en Londres?
-Creo que van a ser unos Juegos especiales. Tenemos nadadores punteros y pienso que van a conseguir que los demás tengamos mejores resultados.
-¿Ensombrece Mireia Belmonte al resto, como sucede con Nadal y otros tenistas españoles?
-No. Somos muy buenos compañeros y nos apoyamos mucho. No hay problema, y la primera persona que se exige es la propia Mireia, que hace cosas espectaculares. En todo caso, ella lanza al equipo a un nivel superior. Es más ayuda.
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