En la nueva edición de los premios Max de teatro han brillado con luz propia cuatro mujeres excepcionales: Asunción Balaguer, Amparo Baró, Teresa Nieto y Ana Diosdado. Sus premios dignifican este galarón que no acaba de tener la repercusión deseable en taquilla después de dieciséis ediciones.

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Si las dos mujeres anteriores son ejemplo de éxito por la constancia y la resistencia, Teresa Nieto es, si cabe, más meritoria porque ella trabaja en
el mundo de la danza, más castigado todavía que el teatro en general. Su
espectáculo 'Tacita a tacita' ha recibido tres galardones. Justa recompensa a una profesional que a sus sesenta años sigue luchando por el baile.
Ana Diosdado es el último eslabón de una gran familia teatral que tiene como ancestros a Enrique Diosdado y Amelia de la Torre. Una niña que estuvo en brazos de Margarita Xirgu parece lógico que estuviera predestinada a la escena. Ana ha sido actriz y dramaturga con éxito en ambas disciplinas. Este año ha recibido el Max de Honor que la escritora recogió después de haber pasado una durísima experiencia vital. Ana ha estado valiente y, tal vez, ha sido premonitorio el “hasta siempre” con el que se despidió de sus compañeros.
A pesar del título de este comentario, es obligado hacer referencia también a cuatro hombres: Mario Gas, Carlos Hipólito, Alfredo Sanzol y Miguel del Arco. Los tres primeros por haber sido ganadores. El cuarto por haber salido casi de vacío cuando entraba como gran favorito.
Mario Gas ha sido el triunfador de la edición con 'Follies', mejor musical del año. En su agradecimiento, Gas insistió en ofrecer el premio al teatro Español que lo produjo. Con él abandonó la dirección de la entidad. Creo que todos los Max que ha recibido le han debido de suponer un triunfo especial tras la salida de la plaza de Santa Ana.
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El director Alfredo Sanzol también ha tenido un excelente balance gracias a 'En la luna'. Es uno de los hombres de moda en la escena. Actualmente triunfa con 'Esperando a Godot'. Sanzol, desde 'Días estupendos', conecta fácilmente con el espectador. Lo mismo le ocurre a Miguel del Arco, que llena la Abadía con 'Juicio a una zorra' y 'La función por hacer' y ha hecho una excelente temporada con 'Deseo'. Además ha recibido el codiciado premio Valle Inclán. Pero en este país siempre parece que no se perdona el éxito. Sobre todo los propios compañeros. Tenía varias nominaciones por 'Juicio a una zorra' y 'De ratones y hombres'. Se quedó con dos premios de consolación por el segundo montaje. Seguramente será casualidad, pero no deja de extrañar que quien partía como favorito haya visto defraudadas sus expectativas.
Y, además de todos estos nombres y los de todos los premiados, otro sobrevoló durante la entrega: el de Constantino Romero. Pero no nos olvidemos de todos los artistas, más o menos conocidos, que en los últimos meses hicieron su mutis definitivo.
FUENTE:http://www.madridiario.es/2013/Mayo/madcultura/231548/antonio-castro.htmlml
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