«No todos los hombres aceptan que la mujer sea el sustento familiar»

Toñi Pastrana es, desde el pasado verano, la presidenta de Amepap.

Toñi Pastrana (Robledo, 1968) es desde este verano la presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias. Una organización que se fundó en 1993 y que hoy tiene 160 socias, aunque asegura que están creciendo «a pasos agigantados», cada día reciben nuevas solicitudes de ingreso. Su obsesión «hacer a las mujeres empresarias importantes» y atender sus necesidades, que a día de hoy pasan por contar con información sobre las ayudas que hay disponibles y formación en nuevas tecnologías.
¿Qué le motivó a tomar el relevo de Amalia Blanco y dar el paso de ponerse al frente de la Asociación de Mujeres Empresarias?
Creía que con un buen equipo podíamos ayudar y empoderar a las mujeres y trabajar por y para ellas. Tenemos recursos para que cuando una mujer necesite saber qué tiene que hacer para poder ser autónomo pudiéramos decírselo. En la directiva están también Valeria Aragón, como vicepresidenta; Dori López es la secretaria;en la tesorería está Carmen Tébar y como vocales nos acompañan Emilia Parra, Encarnación Rodríguez, Elena Serrallé y Raquel González.
¿Por qué aún es necesaria una asociación específica para mujeres empresarias?
Los hombres y las mujeres somos diferentes. La Asociación de Mujeres Empresarias es necesaria para ayudarlas, para empoderarlas. Sí, es cierto que existe la Confederación de Empresarios, la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), pero entre nosotras nos ayudamos mucho más.
¿Por qué?
Hace un mes y medio dimos una charla sobre la violencia de género en el mundo empresarial. Esta acción surgió a raíz de que algunas socias nos comentaron que al montar ellas su propia empresa algunos hombres ejercían sobre ellas una especie de violencia psicológica porque sentían que era la mujer la que llevaba todo el dinero a casa. Antes la mujer era la que ayudaba, pero ahora hay muchas mujeres que son el sustento económico de la familia y no todos los hombres lo están aceptando, no admiten que sea la mujer la que llegue a las doce de la noche porque viene de una cena de negocios y que se hayan cambiando los roles y sean ellos los que se quedan en casa con los niños. Probablemente, circunstancias como éstas, a otro tipo de asociación no se lo comentan.  Esto lo digo desde el respeto, yo no juzgo a las personas por el sexo, sino por sus capacidades y su manera de trabajar.
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Fuente: La Tribuna de Albacete