Las autoridades qataríes no protegen a las
trabajadoras domésticas migrantes, que están expuestas a sufrir
explotación grave, incluidos trabajo forzoso y violencia física y sexual, ha manifestado Internacional en un nuevo informe publicado hoy.
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Una ex trabajadora doméstica indonesia muestra marcas en su cuerpo que asegura fueron inflingidas por su empleador © Amnistía Internacional |
“My sleep is my break”: Exploitation of domestic workers in Qatar muestra
la sombría imagen de unas mujeres que son contratadas para trabajar en
Qatar con falsas promesas sobre el salario y las condiciones laborales y
se encuentran luego con que tienen que trabajar durante un número
excesivo de horas todos los días de la semana. Algunas mujeres han
descrito terribles episodios de violencia física y sexual contra ellas.
“Hemos hablado con mujeres a las que engañaron
vilmente, y que se encontraron luego atrapadas y a merced de empleadores
que las sometían a abusos y les prohibían salir de la casa. Algunas
afirmaban que las habían amenazado con violencia física al decir a sus
empleadores que querían marcharse.”
Hay al menos 84.000 trabajadoras domésticas migrantes en el Estado del Golfo, en su mayoría del sur y el sureste asiáticos.
Muchas son obligadas a trabajar durante un número excesivo de horas.
Amnistía Internacional ha entrevistado a mujeres que, en algunos casos, trabajan hasta 100 horas a la semana, sin ningún día libre.
Algunas afirman que les prometieron un buen salario y
condiciones de trabajo dignas antes de partir para Qatar y vieron
incumplidas sus esperanzas al llegar allí.
De acuerdo con la legislación qatarí no hay
límites al horario laboral de las trabajadoras domésticas, ni existe
tampoco el requisito de tener que concederles un día libre. Tampoco pueden
presentar denuncias en el Ministerio de Trabajo.
“Las mujeres que sufren abusos en la casa donde
trabajan soportan condiciones absolutamente lamentables. Tienen pocas
opciones: si deciden marcharse sin más de la casa, las calificarán de
“fugitivas” y es probable que acaben siendo detenidas y expulsadas”, ha
explicado Audrey Gaughran.
Las trabajadoras domésticas están sujetas a un
restrictivo sistema de censura que las impide dejar el trabajo o el país
sin el permiso de su empleador. Aunque algunas mujeres encuentran
buenos trabajos y son tratadas bien, las que sufren abusos apenas tienen
más opción que “fugarse”, con lo que se exponen a ser detenidas y
expulsadas por el cargo de “fuga”. Hasta el 95 por ciento de las
mujeres que se hallaban recluidas en el centro de expulsión de Doha en
marzo de 2013 eran trabajadoras domésticas.
Una indonesia recluida allí tras haber huido porque
sufría abusos físicos constantes mostró al equipo de investigación de
Amnistía Internacional una profunda cicatriz en el pecho, donde la
persona para la que trabajaba la había marcado con un hierro al rojo.
Contó que la obligaban a trabajar los siete días de la semana, estaban
meses sin pagarle su salario y le prohibían salir de la casa. Al final
consiguió huir de allí, pero las policía la localizó y la detuvo.
Abusos físicos y sexuales
El equipo de investigación escuchó
impresionantes testimonios de abusos violentos, entre ellos los de
mujeres cuyos empleadores las abofeteaban, las tiraban del pelo, les
metían el dedo en los ojos y les hacían bajar las escaleras a patadas.
Tres mujeres denunciaron haber sido violadas.
Las mujeres que han sufrido abusos físicos o sexuales encuentran importantes obstáculos para pedir justicia. Ninguna de las mujeres con las que habló el equipo de investigación dijo haber visto procesar o condenar a sus agresores.
Especialmente terrible es el caso de una
trabajadora doméstica que se fracturó ambas piernas y la columna
vertebral al caerse por una ventana intentando huir de su empleador, que
pretendía violarla. Tendida en el suelo, herida e incapaz de
moverse, el hombre procedió entonces a abusar sexualmente de ella. Hasta
que no lo hizo, no llamó a una ambulancia.
Cuando el equipo de investigación le entrevistó seis
meses después de la agresión, la mujer iba aún en silla de ruedas. A
pesar de sus terribles lesiones, el fiscal dio por cerrado el caso por
“falta de pruebas”. La mujer regresó a Filipinas el año pasado, y su
empleador no ha rendido jamás cuentas.
Las mujeres que denuncian abusos sexuales se exponen
a ser acusadas de “relaciones ilícitas” –relaciones sexuales fuera del
matrimonio-, “delito” penado normalmente con un año de cárcel y la
expulsión del país. Aproximadamente el 70 por ciento de las mujeres que
se encontraban recluidas en la prisión de Doha en marzo de 2013 eran
trabajadoras domésticas. Algunas estaban embarazadas, y había 13 niños y
niñas menores de dos años recluidos allí junto con sus madres.
Es preciso eliminar de inmediato de la legislación
qatarí el cargo de “relaciones ilícitas”, ha manifestado Amnistía
Internacional.
Peticiones de cambio
Amnistía Internacional ha pedido a las
autoridades qataríes que eliminen con urgencia las disposiciones de la
legislación laboral que niegan derechos a quienes trabajan en el
servicio doméstico y a algunos trabajadores más. En los últimos años, el
gobierno ha manifestado reiteradamente que va a promulgar una ley sobre
las trabajadoras domésticas.
“Al centrarse la atención mundial en Qatar con
motivo de la Copa Mundial 2022 de la FIFA, ha salido a la luz la
terrible situación de los trabajadores de la construcción migrantes en
el país. Sin embargo, la ausencia absoluta de medidas de protección de
los derechos laborales de las trabajadoras domésticas y el hecho de que
estén aisladas en la casa de su empleador las dejan expuestas a sufrir
abusos en mayor medida aún”, ha señalado Audrey Gaughran.
“Las promesas gubernamentales de protección de los
derechos laborales de las trabajadoras domésticas no han supuesto de
momento ningún cambio. Qatar debe dejar de ir arrastrando los pies en
este asunto y garantizar de inmediato a las trabajadoras domésticas la
protección jurídica de sus derechos básicos.”
Información complementaria
El informe está basado en entrevistas con 52
trabajadoras domésticas, con autoridades del gobierno, con embajadas de
los países de origen de las trabajadoras domésticas y con agencias de
contratación. También se han utilizado para su elaboración datos de
instituciones que trabajan con trabajadoras domésticas con problemas. El
equipo de investigación de Amnistía Internacional visitó también el
centro de expulsión y la prisión.
Tras un informe que publicó Amnistía Internacional
en noviembre de 2013 sobre los trabajadores migrantes del sector de la
construcción de Qatar, el gobierno qatarí anunció que el despacho de
abogados DLA Piper iba a examinar las conclusiones de la organización en
el marco de un análisis más general de la situación de los trabajadores
y trabajadoras migrantes en Qatar. El consiguiente informe se espera
para las próximas semanas.
Categorías: Mujeres, Oriente Próximo, Medio y Norte de Africa, Personas refugiadas, desplazadas, inmigrantes y demandantes de asilo, Racismo y xenofobia, Salud, Tortura y malos tratos, Trabajo
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Centro de Documentación de AI: doc.es.amnesty.org.
Fuente: Amnistía Internacional
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