"La bicicleta verde", de Haifaa Al Mansour, se estrena mañana en Rosario. El tema central es la lucha de una niña por vencer la mirada conservadora de la cultura islámica.
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Amigos, pese a todo. La imposibilidad de la amistad es otra temática importante que aborda el filme árabe. |
Quizá pocas actividades en la vida sean tan inocentes
como andar en bicicleta. Sin embargo, Wadjda, una niña de diez años que
vive en los suburbios de Riad, capital de Arabia Saudita, debe luchar
contra la mirada controvertida de una sociedad si quiere andar en
"bici". La discriminación en el país islámico es el tema central que
aborda "La bicicleta verde", ópera prima de Haifaa Al Mansour, que no es
ni más ni menos que la primera mujer directora de cine en Arabia
Saudita. "Quería darle al debate intelectual un rostro humano, una
historia que la gente pudiera comprender y sentirse identificada", dijo
la realizadora en alusión al contenido del filme que se estrena mañana
en Rosario.
La película, cuyo nombre original es el del personaje
protagonista "Wadjda", recibió elogiosas críticas internacionales, e
incluso se la llegó a mencionar como "la mejor película del año, algo
cercano al milagro". Entre una veintena de distinciones internacionales,
esta producción recibió el premio CinemAvvenire, Interfilm y C.I.C.A.E.
en el Festival de Venecia.
Este es el derrotero de una pequeña que sueña con
tener una bicicleta, pero claro, según su religión no está bien visto
que una señorita ande por las calles sobre dos ruedas. La pequeña, que
hace todo lo que puede por divertirse y sortear los impedimentos
impuestos en el mundo conservador en el que vive, desea comprar la
bonita bicicleta verde que todos los días ve a la venta.
Detrás del deseo de esa bicicleta habrá otro
objetivo, que es el de ganarle una carrera a su amigo Abdullah, un
vecino con el que tiene prohibido jugar. En este mundo de prohibiciones,
Wadjda luchará contra su madre, que teme que su hija pierda la
dignidad, y contra la sociedad tradicional en la que vive, por hacerse
con la ansiada bicicleta y cumplir así su deseo.
En esta realización, Al Mansour refleja el
controvertido tema de la discriminación a las mujeres en el país
islámico, y de este modo hace un enfoque de la cultura y las costumbres
tradicionales de la religión árabes. Desde la inocencia de la niña,
trata de interpelar las obligaciones cotidianas y apunta a derribar las
barreras sociales y culturales cimentadas en el hogar y la escuela.
"Me siento muy orgullosa de haber hecho el primer
largometraje que se ha rodado íntegramente dentro del Reino. Vengo de
una pequeña ciudad en Arabia Saudita, donde las chicas como Wadjda
tienen grandes sueños, fuertes personalidades y mucho potencial. Estas
chicas tienen la capacidad y decisión para cambiar y redefinir nuestra
nación", dijo la realizadora, quien se manifestó orgullosa por trabajar
con "un reparto saudita", en el que se destacan Waad Mohammed, como
Wadjda; Reem Abdullah, en el rol de la madre y Adullrahman Al Gohani,
que es Abdallah, el amigo de la protagonista.
La directora explicó que "la película habla de temas
universales, como la esperanza y la perseverancia, lo que permite que
gente de otras culturas pueda sentirse identificada". Y afirmó, como una
expresión de deseo: "Espero que este filme ofrezca una mirada única de
mi país".
Haifaa Al Mansour también amplió sobre los motivos de
abordar un tema tan complejo como es la situación de la mujer en Arabia
Saudita, a través de una historia aparentemente simple de una chica que
desea una bicicleta. "Quería darle al debate intelectual un rostro
humano, una historia que la gente pudiera comprender y sentirse
identificada. La película no presenta una gran historia sino una más
bien pequeña. Una historia sobre las emociones de un pequeño grupo de
personajes: una chica pequeña, su madre y sus vidas dentro de la
sociedad".
"No creo que a los espectadores les guste sentarse a
ver una película para ser sermoneados", agregó al respecto."En su lugar
—abundó—, desean asistir a una aventura que inspira y emociona. A pesar
de la simpleza de la historia, creo que se integran temas complejos".
Al Mansour aseveró que para ella fue importante que
la historia fuese "un retrato real de la situación de la mujer en Arabia
Saudita y que los personajes fueran creíbles y reflejasen las maniobras
que tienen que hacer para manejarse dentro del sistema".
Autobiográfico. La directora confesó que el personaje
está inspirado en su propia niñez: "Yo me crié en una familia muy
liberal, que me apoyaba. Recuerdo que cuando era una niña, mi padre me
llevó, junto con mis hermanos, a comprar bicicletas y yo, precisamente,
escogí una verde".
"Soy extremadamente afortunada _indicó_ por haber
tenido un padre que quería que me sintiera digna como mujer, pero mi
vida distaba mucho de las historias de todas mis compañeras y amigas,
que jamás hubieran soñado con pedir una".
Y agregó: "Creo que el corazón de la historia es algo
con lo que todo el mundo se puede identificar. La idea de ser tildado
como diferente o anormal por querer algo que está fuera de lo que
tradicionalmente se considera aceptable. La cultura saudita puede ser
especialmente brutal e implacable ante aquellas personas que se salen un
poco de la sociedad, así que hay un temor real de ser un paria".
Por último, la realizadora árabe expresó: "En cierta
manera, la historia es parte de mi vida y de las cosas que he vivido.
Muchas de mis experiencias, junto con la de mis amigos y familia, están
reflejadas en esta película. No nacieron de un concepto mental".
Alabada y vilipendiada
Haifaa Al Mansour es la primera mujer directora de
cine en Arabia Saudita y es considerada una de las figuras más
significativas del Reino Arabe. Se licenció en Literatura en la
Universidad Americana en el Cairo y obtuvo el Master en Dirección y Cine
de la Universidad de Sydney. Su trabajo ayudó a abrir el debate de la
creación de salas de cine en Arabia Saudita. En su país, su obra es a la
vez alabada y vilipendiada por incentivar debates sobre asuntos
considerados tabú.
Fuente: La Capital
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