jueves, 31 de julio de 2014

Lola Sanjuán, una mujer empresaria y referente en Igualdad

      “TRABAJAMOS EN IGUALDAD PARA CRECER EN SOCIEDAD”
Campaña de Difusión “La Igualdad de las Mujeres Empresarias desde la Economía Social” 

      Lola Sanjuán, una mujer empresaria y referente en Igualdad

Borrar la huella que una parte de la educación nos ha trasmitido a las mujeres para no destacar, para ser modestas en todas nuestras acciones, para autoimponernos techos y evitar sobresalir por encima de los hombres, no es tarea fácil pero tampoco imposible.
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Trabajar en pos de consolidar, de un lado, las bases asentadas por mujeres que nos precedieron y, de otro, seguir construyendo y allanando el camino a las futuras lideresas –en el marco empresarial- es una ardua labor que la cooperativa CKL Comunicaciones viene desarrollando desde su creación. Una empresa que trabaja, desde la comunicación y la estrategia, a favor de tejer redes empresariales que empoderen y contribuyan a visibilizar a las empresarias de la Economía Social.

Entrevistamos a Lola Sanjuán, gerente de CKL Comunicaciones y referente como mujer empresaria en muchos órganos de dirección de distintas entidades de la Economía Social.

P: Lola, cuéntanos a qué se dedica tu empresa, la cooperativa CKL Comunicaciones y cómo surgió la idea de negocio.
R: CKL Comunicaciones es una consultora especializada en comunicación y estrategia. Somos una empresa cooperativa de profesionales que apuesta por la igualdad, la innovación y el compromiso social en su modelo empresarial.  Posicionamos en la agenda pública y mercado tanto a personas como a empresas, instituciones, colectivos sociales… Nuestros productos y servicios van más allá de las herramientas “tradicionales” de comunicación y marketing, “todo comunica”  desde un buen diseño, una buena estrategia de medios, o una buena gestión de los Recursos Humanos…Sólo hay que saber vender tus potencialidades y la coherencia de “marca”.
La empresa se lanzó hace nueve años, en 2005, sumando las experiencias de tres emprendedoras en el ámbito de la comunicación, desde distintas perspectivas (documentación, periodismo, relaciones públicas y asesoramiento estratégico). Y nació por una apuesta de las TIC, en la que más del 80% del trabajo diario de las socias se desarrolla a través de herramientas telemáticas. Esto en su momento era totalmente rompedor y nos ayudó a demostrar que es posible mantener una alta productividad y fidelización de clientes sin tener que renunciar a la conciliación de tu vida laboral y privada. Además, nos ayudó a amplificar y captar clientes lejos de nuestro ámbito “local” o línea de confort, contando desde nuestros inicios con una sede física de la cooperativa en Sevilla y otra en Madrid.
P: ¿Qué te animó, a ti personalmente, a emprender? ¿Viste en el autoempleo una manera de acceder al mercado laboral?
R: Yo ya estaba en el mercado laboral y lo que me animó a emprender es que quería ser un poco “la dueña de mi vida”. Venía de experiencias anteriores en las que había tenido jefes que ponían “el techo de cristal” demasiado bajo, o tenías que estar constantemente demostrando lo mucho que sabías. Empezaba a entrar en una edad en la que, la vida, me pedía tener más control, me pedía querer planteármela de otra forma. Digamos que un planteamiento vital, por así decirlo, unido a la madurez profesional lo que me llevó al autoempleo.
P: ¿Que os llevó a plantearos emprender bajo el modelo jurídico de empresa de economía social?
R: CKL Comunicaciones se fraguó en el marco del proyecto VIVEM del Instituto Andaluz de la Mujer.  En un primer momento, todo el mundo nos enfocaba al trabajo autónomo o S.L., hasta que una amiga -también cooperativista- nos habló de las bondades de un modelo empresarial colaborativo y donde lo importante eran las personas. Esta amiga era Concha Lora, de Domoarq, que, luego, nos presentó a otro loco del cooperativismo, el Director del CADE de la Alameda, David Pino. Y aquí estamos, tras nueve años, más convencidas que nunca de que el cooperativismo y la economía colaborativa será la que cambie el mundo.
La verdad es que no nos imaginamos el proyecto empresarial de CKL bajo otra fórmula jurídica. La cooperativa ha seguido creciendo, superando los momentos difíciles.  Personalmente, cada vez estoy más convencida de que sin equipo no hay empresa y que la ecuación del éxito empresarial debe ir unida a una productividad social. Una sociedad más igualitaria y justa debe tener empresas socialmente más responsables.
P: ¿Qué te aporta ser empresaria de Economía Social y, según tú criterio y experiencia, qué aportan a las mujeres las empresas de Economía Social que no hagan otros modelos?
R: En mi caso particular tengo que hablar desde el cooperativismo, porque la economía social es muy amplia. Lo que nos aporta es un modelo grupal, donde las penas, las alegrías, los retos van unidos dentro del trabajo en grupo. Esto, el trabajo en grupo, nos va muy bien a las mujeres. Nos gusta el trabajo colaborativo, aquellas tareas donde la interrelación copa un lugar importante junto con la empatía. El modelo del cooperativismo va muy bien en esta línea porque, como mínimo, tienes que trabajar con tres personas. A esto se le une, además, que la economía social no se caracteriza por ser depredadora, sino que está hecha para convivir, vivir bien para construir tu empleo pero, al mismo tiempo, con la idea de que todo revierte en la sociedad. Es, en definitiva, crear un ecosistema propio.
P: ¿Crees que siendo mujer empresaria de Economía Social te enfrentas a un doble reto a la hora de emprender?
R: Sí, como muchas de nosotras, pero también reconozco que en el ámbito de la economía social y más concretamente en el modelo cooperativista, la igualdad de género está más consolidada, no sólo porque se han promovido mediante principios y valores universalmente adoptados que hacen hincapié en la democracia, la responsabilidad social, la igualdad y la equidad, sino porque las mujeres cooperativistas han sabido luchar por la igualdad real. Además hemos contado con muchos compañeros que nos han acompañado durante el  complicado camino de la igualdad de oportunidades.
Las cooperativas son un modelo empresarial más igualitario y, por tanto, más justo con las mujeres, ya que impulsa un modelo gerencial distinto, basado en la participación y el emprendimiento en equipo.  Por lo demás, sufrimos los mismos problemas que la mayoría de empresarias; necesitamos más crédito financiero y social, y necesitamos aumentar nuestra competitividad para ganar en músculo empresarial y en estabilidad de nuestras plantillas.
P: Háblanos un poco de tus funciones en CKL Comunicación y cuéntanos cómo ha sido tu recorrido empresarial.
R: En CKL Comunicación desempeño las funciones de gerente. En cuanto a mi recorrido… los inicios en el emprendimiento siempre son duros para todos. Sí es verdad que hay diferencias entre hombres y mujeres, en cuanto a la financiación y sobre el momento de emprender, porque considero que las mujeres necesitamos más tiempo, ya que partimos del hecho de que no hay un equilibrio previo. Pero, en general son duros para todos. Yo marcaría los tres primeros años de empresa, de cooperativa, como los más complicados porque, prácticamente, no hay dinero; las nóminas se pagan a duras penas y, salvando esos primeros años (sin hablar de la crisis que hace que te marques otros ritmos y objetivos), todo se sobrelleva bastante bien.
P: Eres socia de una empresa de comunicación y estrategia que trabaja en temas relacionados con Igualdad ¿Puedes contarnos a qué aspectos prestáis mayor atención y esfuerzo?
R: Dentro de las líneas de igualdad prestamos mucha atención a los contenidos, sobre todo en publicidad y la imagen pública que se da de la mujer. Ahí somos pioneras y, además,partners de empresas de publicidad que buscan segmentar muy bien el público femenino. Ahora las empresas de publicidad empiezan a darse cuenta que la publicidad, como se plantea, no nos gusta a las mujeres. Este es un terreno que trabajamos mucho, junto con el de innovación social: procesos de empoderamiento y liderazgo de las mujeres, trabajos de comunicación con staffs y proyectos que tienen que ver con comunicación europea.
P: Desde tu visión como profesional… El sistema educativo, los medios de comunicación, en materia de trasmisión de valores, ¿responden a un ideal igualitario y equitativo?
R: ¡No!. Tenemos que trabajar mucho más. Estamos en las fases uno y dos, es decir, contamos con leyes que, desde el aspecto jurídico, suponen un buen entramado legislativo que podemos desarrollar. ¡Esto ya es un avance!. Pero, no debemos olvidarnos del ejercicio de los derechos que están promulgados en las leyes.
Por otra parte, también tengo que señalar que podemos caer en el “espejismo de la igualdad”. Es decir, como hay leyes… de un día para otro, “todo es igualitario” y no es así. Es un trabajo que debe desarrollarse desde su base, desde la educación, e ir construyendo -poco a poco- siendo conscientes de que todos y todas somos responsables de la igualdad.
P: La empresaria no abandona en su desarrollo profesional su vínculo familiar… ¿Crees que la conciliación de la vida familiar y profesional dificulta el crecimiento y desarrollo de las empresas lideradas por mujeres?
R: No siempre. En el caso de CKL Comunicaciones entendemos que las personas son felices cuando compaginan en armonía la vida profesional, personal y familiar. Por ello, se refuerza el trabajo en equipo, se trabaja por objetivos y no por horarios, y se premia el sentido de colaboración y apoyo, para que sea posible. Y lo es…
En todo caso, la puesta en marcha y ejecución de políticas y/o acciones de conciliación de vida familiar y profesional, por parte de las instituciones públicas y empresas privadas, están comenzando a facilitar la incorporación de la mujer al trabajo en igualdad y se está corrigiendo el desigual reparto de responsabilidades entre mujeres y hombres en la esfera privada, la perpetuación de la división del trabajo en función del género y el déficit de servicios comunitarios de apoyo. Al final, no realizar estos cambios afecta negativamente a la igualdad de oportunidades en el empleo, al equilibrio social, al entorno familiar, a la productividad empresarial y a la calidad de vida de las personas.
P: ¿Qué está fallando, desde el ámbito de las administraciones, para que todavía no hayamos alcanzado la igualdad real y la mujer trabajadora/empresaria siga sufriendo discriminación salarial y/o no sea considerada como una igual cuando esta brecha es reconocida por todos los organismos y entidades?
R: Las mujeres siempre en nuestras negociaciones tendemos al pacto y a llegar a acuerdos. Creo que esto es una buena cultura. Pero esto, trasladado a lo legislativo –por ejemplo si hablo de temas como la igualdad salarial- se tiene que convertir en algo más coercitivo. Tiene que ser algo más obligatorio para que las empresas cumplan el grado de paridad en los consejos de administración o, en caso contrario, verse perjudicadas en la concesión de subvenciones públicas. ¡Tenemos que reclamar esa igualdad, porque es un derecho!. Tenemos que plantarnos, de una manera muy firme, como ha ocurrido -por ejemplo- con las emisiones de CO2 y las multas impuestas a quienes no cumplen con el respeto al Medio Ambiente. La igualdad va por ese camino…de obligado cumplimiento y más cuando hablamos de fondos públicos.
P: ¿En qué dirección crees que hay que trabajar para que se “reconozca” a la mujer empresaria como una igual?
R: Hay que trabajar en red, en equipo. Ahora mismo estamos trabajando, hombres y mujeres, cada uno en una esquina del cuadrilátero y tenemos que ponernos en común, para trabajar sobre objetivos concretos. En el caso nuestro, de mujeres empresarias, tenemos que ganar crédito social; modelos empresariales de mujeres cercanas y mayor crédito financiero. Hay que apostar por darle fuerza a la innovación en el talento, porque también es hablar de competitividad.
P: ¿Por qué crees que la visión que se tiene o da de una mujer, con respecto a un hombre, cuando alcanza un puesto relevante es la de “mandona” más que la de una “líder”?
R: Principalmente porque no tenemos modelos propios de liderazgo femenino consolidados. Las mujeres hemos entrado a ser visibles dentro del poder desde hace apenas veinte años. Los modelos de mujeres líderes que hemos tenido se pueden contar a cuentagotas siendo, además, mujeres que se tienen que mimetizar mucho con su entorno para poder ejercer ese liderazgo. Ahora, esos modelos están cambiando porque somos muchas más y vamos a contar con diversidad de ejemplos de liderazgos. Cuando contemos con ese amplio abanico, no se nos dirá que “somos mandonas”, porque “el ser”, “el ordenar”, “el tener que decidir” –que forman parte del mando, seamos mujeres u hombres- ya no contará de manera negativa para nosotras sino que se verá dentro de esa pluralidad.
P: ¿Piensas que “asusta” que una mujer sea líder, que alcance puestos de poder?
R: Creo que sí, pero más bien por desconocimiento. Ante esto, las reacciones son diversas y eso puede provocar ciertos miedos, porque no saben por dónde vas a ir, qué vas a plantear, etc.
Sin embargo, poco a poco, te van conociendo y esto les lleva a “escucharte en igualdad y darte tu espacio”. Creo que ese es el siguiente movimiento, “escuchar en igualdad”, que debemos realizar tanto los hombres como las mujeres.
P: Emprender en colectivo ¿aporta una visión del liderazgo diferente?
R: ¡Rotundamente sí!. Aunque eso no quita que existan liderazgos personales o que tengamos compañeras que tengan un carisma de lideresa muy definido. Pero el tener que empatizar con tus compañeros, alfabetizarte en las emociones de las personas que tienes a tu alrededor, el ponerte retos de alcanzar metas en grupo… este liderazgo grupal, a la larga, llevará al avance global de todos y todas.

P: Desde tu ámbito profesional que conjuga las áreas de la comunicación y las labores en materia de Igualdad ¿Qué papel juega el lenguaje a la hora de concienciar en Igualdad? ¿Le damos mucha importancia a “feminizar” la comunicación”?
R: Si pensara que el lenguaje es neutro, mi contestación sería “que da igual”. Sin embargo, no es así. El lenguaje te señala, te hace visible, te pone género…no pasa lo mismo en idiomas como el inglés, que tiende más al neutro. Lo ideal es dar entrada, dar cobertura, integrar y dar pluralidad a todo el mundo, por eso el lenguaje juega un papel muy importante. Mientras más inclusivo seamos en el uso del lenguaje, más iremos avanzando en igualdad.
P: El sistema de participación de mujeres a través de las cuotas, aunque necesarias ¿consideras que son un arma de doble filo?
R: ¡No! Las cuotas son necesarias y son una herramienta más para alcanzar el equilibrio inicial, para conseguir una igualdad de arranque. Las cuotas son un arma de doble filo para aquellas personas que, realmente, no creen en la igualdad.
P: ¿Existen diferencias entre liderazgo empresarial femenino y masculino?
R: Creo que no existen diferencias. Pero, tal y como están configuradas las estructuras actualmente, sí creo que el liderazgo femenino aporta una credibilidad al sistema de no agotamiento porque llevamos poco tiempo ejerciendo el poder. No estamos dentro de las réplicas al modelo porque seguimos aportando ideas nuevas. Por otro lado, la empatía y la prudencia a la hora de gestionar los recursos es una garantía, sobre todo, en periodos como este de subsistencia.
P: ¿Qué te gustaría compartir, desde vuestra experiencia empresarial en CKL Comunicaciones, como mujeres empresarias de la economía social?
R:Que la independencia económica es el mejor antídoto contra la injusticia social y que  “mola” controlar tu vida profesional, gestionar tus sueños, compartir tus miedos y disfrutar del todo es posible. Y sobre todo “redistribuir” la riqueza y el empleo. Si piensas esto !felicidades!, eres otra persona loca del cooperativismo.
P: Por último, Lola, como mujer empresaria estás presente en muchas entidades de la economía social (FAECTA, AMECOOP, CEPES-A, FEMPES…), en distintos cargos directivos/gerenciales ¿Podemos considerarte todo un referente?
R: A mi me gustaría decirte que no pero, entonces, me traicionaría a mí misma en todo lo que defiendo. Por mi responsabilidad con el discurso te digo que sí, porque tenemos que hacernos visibles y romper una lanza contra esa “falsa modestia” que se nos ha inculcado siempre, desde la mentalidad educadora judeo-cristiana de “no destacar”, “no sobresalir”. Haría flaco favor a la red de mujeres empresarias, si yo no me reconociera como líder, si no reconociese a mis predecesoras –que han luchado mucho- y no procurara trabajar para que haya lideresas futuras.
Hay mujeres muy poderosas, con gran talento, que no se lo creen…por eso, hay que trabajar las marcas personales de mujeres, porque son esas marcas las que aportan cosas diferentes y generan avances.
Muchas gracias Lola Sanjuán por trabajar con tesón e ilusión para derribar esos techos de cristal que todavía existen y lograr que gracias a tu labor, a las empresarias, “se nos escuche en igualdad y se nos de el espacio que nos corresponde por derecho”.


Fuente: CEPES ANDALUCÍA

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